Ya era viernes, la gran fiesta. La gran fiesta a la que preferiría no asistir.
Me levanté con un humor de perros. Después de llegar a casa heladísima, me deshice de la ropa empapada y un baño caliente no fue suficiente para que entrara en calor. Para colmo, llevaba toda la noche moqueando, con la nariz tapada. A duras penas podía respirar.
Decidí salir a comprar algo para lo que sea que me pasara. Estábamos en septiembre, no hacía frío aún, pero si te metes en un lago con el agua helada en mitad de la noche... puede ser que como mínimo te resfríes. Acabé comprando un jarabe y me tomé más de la dosis recomendada, así el efecto sería más rápido.Pensé en lo que Nathaly me dijo el otro día, lo del asunto de Max. No me sorprende que a Taylor le haya acabado haciendo gracia Luke. Max no es que hablara mucho con él y no había establecido ningún tipo de relación con él, menos al enterarse del revolcón que tubo con su amiga. Me alegraba saber que a Max le daba igual el asunto, es verdad que Taylor tiene todo el derecho del mundo a enamorarse, pero otra cosa es aparecer semidesnuda en la cama del chico que le gusta a tu amiga. Estando borracha, encima. Bueno, Luke no ha demostrado ser muy comprensivo. No lo había visto en ningún momento mantener una conversación ni con Taylor, ni con Max. Por una parte, debería haberse preocupado un poco, que al fin y al cabo apareció en bóxer con una chica al lado, y por otra parte, al ver que Max estaba tan mal, a ver hablado si quiera un poco con ella. Aunque no creía que él estuviera enterado de toda la movida.
En conclusión, si Taylor quiere estar con Luke, que lo esté, y si a Max eso le resbala mejor para ella.-Estoy fatal.- me dejé caer en mi cama, boca abajo.
Todas estaban metidas en la habitación, mirando el móvil.
-Yo te haré compañía, mi querida amiga- Nath me dio unas palmadas en la espalda, yo levanté la mano sin ver adonde la llevaba y la estampé en su cara. Se oyeron quejas por su parte.
-Alguien se quiere quedar con ella, porque yo dimito- como respuesta a ese comentario estampé la cara en el colchón.
-Nos quedaremos todas, hace tiempo que no estamos juntas.-me pareció bien lo que Lexi propuso, pero más les valía no entrar en temas delicados con el humor que llevaba.
Ni siquiera me cambié de ropa, más bien nadie lo hizo. Para lo único que nos movimos fue para sentarnos y coger cojines.-¡Quiero que llegue ya la noche!- no me creía lo que estaba oyendo. ¿Cómo alguien podía tener ganas de una estúpida fiesta a la que solo irá gente con ganas de emborracharse? Bueno, pues parecía ser que a Lesslie.
-Vaya coñazo.- cuando estaba enferma... no pensaba en lo que decía, por muy vulgar que sonara.
-La verdad es que yo tampoco tengo muchas ganas- Max una normal, como yo- Tom dijo que vendrían los tíos de las citas, y prefiero que me parta un rayo a ver a ese muermo.
-¿Tan mal fue?- a Lesslie le hizo gracia, y no era la única.
Max la miró entrecerrando los ojos, desafiante.
-Me llevó al cine, a ver una estúpida comedia romántica- dijo poniendo los ojos en blanco- salí de la sala tras su intento fallido de rodearme los hombros con su brazo. Por dios, ¿se ha visto algo más clásico?- estaba exagerando mucho los gestos, eso lo hacía aún más cómico- Solo me faltaba ver la mancha de sudor que tenía en los sobacos para vomitarle en la cara.
Me puse a reír como una histérica. Era como si el resfriado que pillé fuera peor que tener la regla en cuanto a cambios de humor. Paré después de que un cojín casi me partiera la cara.
-Lo mio no estuvo mal- dijo Lesslie- fuimos a la playa.
-¿Te olvidaste el bikini?- inquirió Lexi, lo que a mi no me causó risa. Ese día eran las ocho de la noche, y hacía frío. Un poco.
-No fuimos a bañarnos, boba- a Lesslie tampoco le hizo gracia- estuvimos cenando en un restaurante de playa muy bonito, y después nos quedamos hablando en una terraza chill-out que tenía luces por todas partes.- se la veía emocionada a la pobre chica- ya sabéis de esas que cuelgan del techo, las que triunfan en los posts de instagram.
-No digas más, os distéis un beso mientras os mecías en una hamaca colgada de un para de palmeras- imité el movimiento de la hamaca con los brazos y los ojos cerrados- que bonito, Lesslie.
-Pues no Jane, no fue así- creo que la había liado- no sé porqué te resulta tan tentador el ver a Derek sin camisa como para tirarte al agua con él, pero no es mi culpa que te hayas puesto enferma.- en definitiva, la había liado.Se la notaba bastante picada. Quizás había hablado con demasiado sarcasmo, pero no quería herir a nadie. Debería notar que estaba cambiando de humor cada diez segundos, aunque eso no le daba derecho a decir lo que había dicho. ¿Que me resultaba "tentador" ver a Derek de esa manera? Bah, si supiera lo que pasó de verdad seguro que se tragaría lo que acababa de decir. No estaría así si esa estúpida mente retorcida de Derek no hubiera maquinado un ahogo falso. No iba a empeorar las cosas con Lesslie.
-Ya sé que no es tu culpa- le dije- pero al menos podrías darte cuenta de que no estoy de humor y no me deberías tomar enserio.- esperaba no haber sonado muy dura.
-Pues guárdate tu mal genio para ti.- estaba cabreada, se notaba.
Rodé los ojos y no dije nada más, tampoco era como para ponerse así. Ni que hubiera dicho nada malo.
Todas me miraban, sin decir nada. Pasé de las miradas y puse ropa cómoda, no pensaba quedarme en esa habitación con Lesslie queriéndome arañar cual gata rabiosa.
-Bueno, ahora podrás contar tu final feliz tranquila.
Cerré la puerta de un portazo. El único sitio en el que en ese momento quería estar, era en la parte del lago donde me esperaba mi tronco, el que hacia también función de silla.Lo menos que quería hoy era estar mal, tenía un resfriado bastante agobiante y acababa de tener una bronca, para variar. Una bronca innecesaria, pero eso ha sido al fin y al cabo. Todo podría haber sido evitado si mi boca no hubiera soltado ningún comentario sarcástico.
Llegué al lago, justo donde recordaba que estaba el tronco caído. Caminé hasta él pero paré en seco al ver que alguien había ocupado mi lugar. De buena mañana y ya me veía metida en otra bronca más. Quien estaba sentado tirando piedras al agua era Derek, el inigualable. No me apetecía para nada en el mundo tener que hablar con él sobre aquellos temas, pero al menos intentaría desahogarme.Sin decir nada, me puse a su lado y cogí una piedra del suelo, tirándola al agua con fuerza. Él me miró, pero no dijo nada. Imitándome, cogió una piedra y la lanzó. Un poco más avanzada que la mía. Yo no podía quedarme atrás, así que volví a tirar una, llegando más lejos que él.
-Alguien no está de buen humor.-dijo manteniendo la vista fija en el agua.
-No.-lancé mi última piedra para girarme hacia él.
-¿Se puede saber que es lo que te pasa?- parece ser que Derek volvió a decidir ser su buena versión.
-A parte de no poder casi ni respirar- dije en un tono bastante monótono- no estoy en mis mejores momentos.
-Se te nota. Parece ser que el baño de anoche no te fue muy bien.- me estaba encendiendo, y no quería que pasara eso. Ahora no.
-Parece ser que tu cabeza no funciona ni funcionó bien- espeté- esto es por tu culpa.
-Nadie te obligó a meterte.- no estaba diciendo eso.
-¡Te estabas ahogando!- le grito- O al menos eso parecía. Así que deberías estar agradecido.
-Deberías estar agradecida tu de que no te hubiese tirado yo a la fuerza.
-No habrías podido.- aparté de él la vista. Mi enfado se estaba difuminando, un poco solo.
-Vamos, ¿a caso no viste mis músculos?- dijo en un tono bastante creído- ¿o acaso necesitas volverlos a ver para acordarte? - vale, el enfado volvía por culpa de su superioridad. Demasiado narcisismo estaba viendo.
-Enséñaselos a alguien que le interese.
Ya está, no debería haber venido.Ni me había desahogado ni habíamos hablado tranquilamente, solo me había cargado aún más.
Caminé lejos, muy lejos. No quería estar con nadie, éramos yo, mi enfado, mi orgullo, y mi resfriado. Nadie más estaba invitado a la fiesta. Acabé en un bar que parecía una caja de zapatos donde pedí un frankfurt, sorprendentemente rico. Después de eso me quedé deambulando por la calle. Me venía bien que la gente estuviera en su casa, y agradecía que los niños estuvieran hechando la siesta.
Esa noche me esperaba algo terrible.
Aún me acuerdo de lo que me dijo Nath, algo de un chico que iba a pasar por aquí para arreglar las cosas con Derek. Por lo que he podido ver, tampoco es el mejor día de este, así que espero que no la líe. Conociéndolo, seguro que no serán ni las diez y ya estará pedo. Mejor que se quede en su habitación encerrado y no salga hasta que pase la fiesta, alguna cosa útil debería tener hibernar en el cuarto.
Poratada: Derek.
Espero que os haya gustado❤
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Fraternidades ✔️
Novela JuvenilJane llega en su primer año de universidad a la hermandad de las PNK, unas auténticas carcas que debe renovar. Fiestas, alcohol, noches, chicos... no saben lo que se pierden. Pero ahí también están los chicos, los queridos chicos de la fraternidad...