-¡¿Cómo tú por aquí?!
-Los astros se han juntado, lo sé.Marcos estaba en clase cuando el profesor todavía no había llegado, una cosa que era bastante improbable de ver.
Muy improbable.
-Los astros y otra cosa más...¿Por qué tan pronto, Marcos?
-¿Por qué tan cotilla, Jane?
-Touché.- bajo la sonrisa falsa y de superior que aún había en su cara, dije- Sabes que no vas a poder aguantarlo. Suéltalo.
-Bueeno... he quedado con alguien.
-¡Tom!- intenté no gritar demasiado.
Marcos giró la vista hacia la puerta por la que acababa de cruzar el profesor de ciencia.
-Uppps...- esa expresión suya me mataba.Como odiaba que me dejara con la intriga.
El timbre acababa de sonar y como Marcos tenía pendiente contarme unas cuantas cosas, me apresuré en meterlo todo en mi mochila y salir al pasillo para buscarlo.
En segunda hora no estábamos juntos a no ser que nos echaran de clase.Nada más salir por el umbral, estaba allí plantado, con los brazos cruzados. No tardó en caminar a mi ritmo, y juntos nos dirigíamos a la cafetería.
-Sí.
-Sí ¿Qué?
-Que sí, que era con él.Mi cabeza tardó en juntar las piezas, pero lo hizo.
-¡Joder! No me lo puedo creer...¿Cómo?
-Hace un par de días me escribió... bueno, al principio yo no quería pero...- Marcos, al ver mi cara incrédula, siguió contando lo que había pasado.Toda esa información estaba entrando a mi cerebro demasiado deprisa y casi no tenía tiempo para asimilarlo.
-En resumen, que quería un lío rápido.
-Y se lo has dado.
-Hombreee, ¿lo dudabas? Nadie se puede resistir a ese hombre, y más cuando me lo pidió de aquella manera...Ya habíamos llegado a la cafetería, yo seguía flipando. Mientras mi amigo me explicaba con detalles algunas cosas del tema, nos encargábamos de buscar una mesa vacía.
-Ya, pero él no quiere nada serio, ¿no?
-No- dijo al mismo tiempo que dejaba caer su bandeja en la mesa. Descifró mi cara- Oh, no Jane. No te vayas a pensar que me quiero meter en una relación. Quita, quita, es mucho mejor ser una abeja e ir probando polen de diferentes flores.Su razón me hizo reír, y después de que lo acribillara con preguntas de todo tipo, llegó el terremoto a nuestra mesa.
-Me he dejado el desayuno en casa.- Nath escondió la cabeza en sus brazos, por poco se come la mesa con la fuerza en que lo hizo.
-Cómprate algo en la máquina, o en el bufet.- propuso Marcos.
-No tengo dinero...- todos sabíamos lo que Nathaly estaba insinuando...y sí, en nuestra maravillosa universidad el desayuno era una cosa que o pagabas, o traías de casa.Un largo suspiro por su parte lo confirmó.
-Anda toma- alargue la mano con la mitad de mi bocadillo, y como una leona que huele a su presa, Nath se lanzó hacia él.
-Creí que nunca me lo darías.
Marcos y yo reímos, mientras ella daba la vida en devorar lo que le acababa de dar.-Em, Jane- la miré obviando el echo de que me hablaba mientras masticaba- Me he enterado por ahí de que vas al gimnasio. - asentí... más o menos- llévame contigo esta tarde por favor, me muevo menos que una alfombra.
-Bueno, no creo que al dueño le importe.
-¡Listo!- Nath acabó con el bocadillo y se apresuró en levantarse de la silla- Os dejo, tengo que estudiar y voy bastante mal.- y sin decir nada más, se fue a paso ligero.
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Fraternidades ✔️
Novela JuvenilJane llega en su primer año de universidad a la hermandad de las PNK, unas auténticas carcas que debe renovar. Fiestas, alcohol, noches, chicos... no saben lo que se pierden. Pero ahí también están los chicos, los queridos chicos de la fraternidad...