18.Tarde pre-citas

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-¿No sé nada de qué?- realmente quería que me lo dijera.
-De mi- seguía su mirada fija en la mía.
¿Que no sé nada de él? Por dios, tampoco hacía falta ser un genio para saber que no es la mejor persona del mundo.
-Pues estoy abierta a explicaciones.- me acomodé en mi sitio y crucé las piernas.
-Lo llevas claro- ladeó la cabeza y dejó entrever una media sonrisa- Algunos no lo hemos tenido tan fácil.

¿Me estaba diciendo que yo lo he tenido fácil? Al igual que yo de él, no sabía nada sobre mi. Tampoco es que lo haya pasado tan mal y todo hubiera sido difícil, pero cada uno tiene sus problemas y le afectan las cosas de una manera u otra.
Me estaba arrepintiendo de querer descifrarlo.
-Tu tampoco sabes nada sobre mi.
-Sé que eres la típica doña perfecta.- casi me reí en su cara- Todo el mundo te quiere, todos son tus amigos, nada te sale mal, no tienes piedras en el camino. ¿Sigo?
-No, no hace falta. Ni siquiera sabes lo que estás diciendo.
-Si tu puedes juzgarme a mi yo también puedo hacer lo mismo.
Me quedé mirando literalmente a nada en concreto, con la cabeza apoyada en mis manos y los codos en mis rodillas.
Decidí ir al grano.

-¿Donde estabas anoche?
-Trabajando.-¿de verdad creía que eso sonaba a buena excusa? Por favor, he visto mejores.
-Si, trabajando.- levanté la cabeza y me quedé mirando a su dirección- Si tu trabajo es emborracharte a chupitos, entonces te creo.- su rostro se endureció y apartó la vista de mi.
-No te importa.
-Pues si, si que me importa. ¿Crees que la mejor solución es esa? Por que hay muchas más.
-O como harías tú, ir llorando a mamá y papá.
-Ya te estás comportando como un capullo, otra vez. ¿No ves que estoy intentando ayudarte?
-No he pedido tu ayuda. Tampoco la necesito.
Iba a responderle cuando el ruido de las llaves sonó fuerte. Giré la cara para ocultar como mi cara iba enrojeciendo más y más a causa de la ira. Podía notar como mis ojos luchaban para contener lágrimas de ira.

-Mira tu quienes están aquí.- Cail fue el primero en aparecer.
-¡El agua estaba buenísima!-Nathaly estaba contenta, y Cail la observaba con una sonrisa divertida.
Derek subió las escaleras, seguramente para encerrarse en el cuarto. Como siempre.
-El próximo día me avisáis.-les vacilé cuando notaba que el color rojo se iba de mi cara y la sangre empezaba a fluir con normalidad.
-Desapareciste.-Nathaly levantó las manos por encima de su cabeza.
Entraron todos y la casa ya no era la misma. Ya no inundaba la tranquilidad, ni siquiera la tensión de esos últimos minutos intentando picar un poco la piedra que es Derek. Tom se hizo paso entre todos los que estaban acumulados en la entrada.
-Algunas se han de preparar para algo.
¿Ya?¿Ahora? Si ni siquiera había comido...
-¿Habéis comido ya?
-Son las cuatro, Jane.
Cogí mi móvil del bolsillo y comprobé que tenía razón. Sin decir nada más, subí a la habitación y me puse lo primero que pillé.
-Enseguida vuelvo.-cerré la puerta principal.

Ya no hacía tanto calor, pero el sol seguía tomando lugar en el cielo. Recordando el camino de ayer, llegué hasta el restaurante de comida rápida. Esta vez no lo pedí para llevar, ya que después de darle vueltas al tema de las citas, no valía la pena arreglarse demasiado. Con una hora tenía y me sobraba.
Pedí el menú básico más barato, y tomé asiento en una mesa doble bastante apartada de las demás. Me puse a pensar en los últimos acontecimientos.
Cuando entré en la hermandad de las PNK y conocí a nuestros vecinos, ya sabía como iban a ser las cosas. A Derek se le veía el líder, cosa que sigue siendo, y Cail su aliado. ¿La diferencia? Con Cail se puede hablar sin querer arrancarte los pelos con las manos. Al principio de todo esto, no pensaba que Derek fuera tan... así. Se le veía chulo y superior a los demás, pero pensaba que seria la adaptación. Pero he comprobado que no. Lo que antes eran bromas sin gracia y comentarios con alguna pizca de superioridad y prepotencia, ahora lo habían convertido en un capullo.

No sé si hacía mal en intentar romper su muro prácticamente indestructible. De lo que estaba segura, era de que la imagen que daba no era realmente él.
Mi móvil vibró y se encendió la pantalla. Las cinco, marcaba. ¿Una hora para comer un simple menú? Puse la excusa de que el camino era de media hora, aunque comer rápido tampoco era bueno.

Entré en la habitación. Paré en seco al ver el panorama que tenía en frente. Lexi estaba haciéndole unas ondas al pelo de Taylor, Max pintándose la raya del ojo, y Nathaly intentando meterse dentro de unas medias. Ahora solo falta sumarle a todo esto los gritos que inundaban la habitación.
-¿Donde te habías metido?-Lexi seguía con su trabajo mientras me miraba.
-¿Te dará tiempo Jane?-Nathaly seguía intentando entrar en sus medias.
-Seguramente acabe antes de que tu puedas entrar en eso.-mi respuesta sarcástica hizo que me mirara con cara de asesina. Daba realmente miedo.
-Bueno voy a intentar arreglarme.
Abrí mi parte de armario y observé detenidamente mi ropa. ¿Por qué no se me ocurrió meter más de dos vestidos en la bolsa? Me decidí por el vestido que llevé en la fiesta del primer día, cuando ayude a que todas estas se desmelenasen. Después de ponerme el vestido fui al baño para pintarme lo más mínimo posible. Con raya de ojos, sombra a conjunto del vestido y un pinta labios natural, ya había suficiente. Acabé mi trabajo poniéndome espuma en el pelo, ya que lo llevaría suelto. Cogí con una horquilla el flequillo.
Tiempo récord, solo tardé media hora. Volví a la habitación y felicité con unos toques en el hombro a Nathaly por haber entrado en las medias. Otra mirada asesina de su parte. Tenía mucho tiempo, así que según mis cálculos podía ver tres capítulos de mi serie, cuatro si empezaba ya. Bajé las escaleras con los auriculares puestos y me senté en el sofá vacío para estar cómoda. Puse play.

-¡Jane!- Nathaly estaba moviendo mi brazo con fuerza. Me quité un auricular y dejé el capítulo en pausa.
-¿Que pasa?- la miré molesta.
-Ya están aquí.- señaló la puerta y se la veía contenta. Me levanté del sofá que ya había adoptado mi forma y me alisé la parte de atrás del vestido.
-Que zapatos más bonitos.
-Cállate, no me acordaba de que Cail rompió mis favoritos.- el señalado se encontraba cerca, y vi como ahogaba una risa mientras Nathaly cogía aire para después soltarlo por la boca.
Avanzamos hasta la puerta. Habían dos chicos bastante monos plantados delante nuestro con una sonrisa de oreja a oreja. Tom se encontraba al lado.
-Jane, Nathaly- dijo señalándonos a cada una- estos son Alex e Izhan.
Imaginé que el que estaba delante mío sería mi cita. Este era Alex. Por un momento pensé que no sería tan malo como pensaba.
Sonreí y Alex me tomó la mano. Nathaly hizo lo mismo.
Presté atención a como iban vestidos. Para mi sorpresa no se habían presentado con el típico esmoquin y la florecita en el bolsillo de la americana. Alex iba con unos jeans negros, una camiseta blanca arriba y una chupa negra sin atar. No me desagradaba su estilo e iba a conjunto con mi vestido negro. Aunque si hubiera sabido como iría vestida mi cita, no llevaría este vestido, ni los incómodos zapatos.
No deseaba por nada en el mundo que la forma en la que dejaba ver su estilo, fuera el típico badboy por el que las chicas del instituto babean.
-¿Donde me vas a llevar?-intentaba mostrarme agradable, por eso acabé la frase con una amplia sonrisa.
-No te lo imaginas.- soltó mi mano y puso las suyas en el bolsillo.
Me di cuenta de lo perfecta que era su sonrisa.

Portada: Derek.

Alex is my new crush, ok?

Espero que os haya gustado❤

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