Entramos para ver la secretaría en primer plano. Eso era lo único que conocía del sitio, lo que vi cuando entré con mi padre para matricularme en el centro. Eso, y el despacho de la directora.
-Voy a enseñarte tu clase- sin mirarme, caminando por los pasillos, giró la cabeza con curiosidad- ¿Sabes que clase te toca ahora?
Bueno pregunta, Nath. Me llevé dos dedos a los labios, intentando recordar con todas mis fuerzas el horario.
-Sociales, creo.- estaba medianamente segura.
-Por aquí.Iba siguiendo a Nathaly como un perrito, girando la cabeza a cada rato grabando con la mente el recorrido que iba visualizando. Por desgracia, los pasillos eran demasiado parecidos.
Durante el camino a mi aula, pude ver la cafetería y los baños, entre otras cosas. Pregunté por el gimnasio y los vestuarios, pero Nath no paraba de recordarme que en poco tiempo esto iba a parecer el corte inglés en rebajas.
-Aquí estamos- entré junto a mi guía personal en el aula de sociales- Puedes esperar sentada o fuera. Como quieras.
¿Cómo? ¿Nath no estaría conmigo en clase?
-¿No te vas a quedar?- Nathaly frunció los labios y me miró con pena.
-No-dijo- Tengo gimnasia a primera hora.No me había fijado en que llevaba ropa de deporte junto con una bolsa de gimnasio.
-Bueno, esperaré aquí... sentada- asentí seguidamente con la cabeza, sentándome torpemente en mi mesa de dos.
-Nos vemos en la comida- Nath se despidió con un gesto de mano y una sonrisa.La vi desde mi sitio salir corriendo por los pasillos, tal vez para no verse en medio del terremoto que ocurriría en tres, dos, uno... Sonó un timbre espantoso, me tapé los oídos y la gente empezó a inundar los pasillos. No tardaron en entrar en el aula, ocupando principalmente los asientos de atrás.
La clase estaba llena y no podía sentirme más decaída al ver que nadie se sentaba a mi lado. Por otro lado me gustaba que no me dirigieran la palabra ni me hicieran un interrogatorio, preguntándome quien soy y de donde vengo.
Entró el profesor y agradecía que no me presentara frente a todo el mundo. Dejó sus cosas en su escritorio y puso una taza de café junto a sus papeles. Se apoyó en la mesa mientras se frotaba las manos.
-Hoy haremos...- la puerta de la clase se abrió rápidamente y chocó con la pared, interrumpiendo la explicación del profesor. Un chico con el pelo azul entró arrugando la nariz- Marcos- refunfuñó - cierra la puerta y pasa. Primer retraso del año en la primera clase del curso...
Parecía acostumbrado a aquella escena, el pasotismo y la actitud que mostraba Marcos ante la situación me decía que no era la primera vez que pasaba eso. No habían asientos libres, excepto el de mi lado. Así que observaba a un alumno sin pizca de vergüenza acercándose a mí mientras el profesor seguía con su trabajo.
-Nuevo récord- suspiró aquel chico desplomándose en la silla de mi lado.
Respondí con una sonrisa amable.
-¡Marcos!- otra vez le llamaron la atención, a lo que él respondió con un saludo.
Reí en silencio por esa actitud.
La clase prosiguió normal como todos los días de universidad normales, omitiendo el detalle de que Marcos mantuvo una conversación conmigo bajo la mirada constante del profesor Mitch. Al parecer se hacía llamar Marcos Gutiérrez, solo nombraba el apellido de su madre ya que según él su padre era un 'impresentable busca techo' que no les hacía ningún bien. También me dijo que tenía raíces en el sur.
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Fraternidades ✔️
Teen FictionJane llega en su primer año de universidad a la hermandad de las PNK, unas auténticas carcas que debe renovar. Fiestas, alcohol, noches, chicos... no saben lo que se pierden. Pero ahí también están los chicos, los queridos chicos de la fraternidad...