《 Aquí, con la tortuga retrasada 》

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» Kim TaeHyung:

YoonGi y yo nos vestimos juntos. Se pone sus vaqueros rotos y yo le presto una camisa blanca con una corbata Gucci a juego con su color de pelo. Le presto también mi chupa de cuero negro y lo envuelvo en una bufanda roja a cuadros para que su resfriado no vaya a peor.

Yo en cambio, me pongo unos pantalones negros ajustados y una camisa azul ancha con un jersey gris sin mangas encima, me pongo mis gafas en lugar de mis lentillas y un largo abrigo gris. También me envuelvo con una elegante bufanda gris y un sombrero más caro que lo que pago por mi apartamento.

Sí, por primera vez en nuestras vidas nos arreglamos para que Jin no nos lance una olla a la cabeza.

Quizás, por una vez podemos dejar de vernos como vagabundos,¿no?

Ambos nos miramos al espejo que tengo colgado justo al lado de la puerta de la entrada de mi casa, acabando de arreglar esos pelos rebeldes que con el frío que hace fuera de seguro se echan a perder en medio segundo.

—¿Estás listo? — Le pregunto, aunque en realidad también me lo pregunto a mí mismo.

YoonGi se mira fijamente en el espejo, como si no lograse reconocer su propio reflejo.

Aquél en el que un chiquillo de ojos cansado y mirada vacía sustituye el lugar de alguien tan fuerte como una roca.

—Eso espero.

Sin fuerza, le dedico una sonrisa torcida, antes de girarme hacia él sobre mis talones.

Él, que se encuentra a escasos centímetros de mí levanta su mirada con sorpresa.

—¿Qué haces? — Me pregunta con confusión.

Sin decir palabra ni mirarlo a los ojos, empiezo a peinarle sus mechones verdes hacia el lado contrario de dónde él lo había hecho en un principio. Además, no exagero tanto la dirección.

En silencio y concentración, dejo que mis dedos se enreden con el verde de su pelo como si se tratase de un pequeño prado y me doy cuenta de lo descuidado que lo tiene.

A pesar de eso, no digo nada.

—Así mejor. — Le digo apartando mis manos de su cabello. — Hacía tiempo que quería hacer esto, jeje~.

YoonGi no me dice ni comenta nada, ya que cuando le dejo el don de palabra me vuelvo a dar la vuelta y tomo las llaves de casa.

—Vámonos. — Le digo abriendo el portal.

Salimos de mi casa en completo silencio y bajamos por el ascensor de la misma manera, con la mala suerte, de encontrarnos a SuMi en el portal.

—¡Hola Seme~!¡Hola Uke~! — Nos saluda llena de felicidad.

YoonGi y yo nos miramos extrañados al no comprender, pero SuMi sigue en su mundo, subiendo el ascensor mientras grita -sí, grita, pues si a eso se le puede llamar cantar yo odio la marca Gucci- una canción en japonés.

Suspiro.

—¿Siempre es así de extraña? — Me pregunta YoonGi observando por dónde se ha marchado. Asiento apenado.

—Da gracias que ahora baja al portal vestida como una persona normal. — YoonGi me mira con una ceja levantada. — Sí, antes bajaba con trajes de animales o haciendo cosplay, pero desde que ha llegado el invierno, ya no lo hace por pereza más que nada.

—Empiezo a entender porqué eres así de extraño. — Me confiesa metiendo sus manos en la chaqueta.

—Pues aún no has conocido al casero. — Murmuro entre dientes.

Ayúdame a reparar tu corazón;YoonTae/TaeGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora