Ayúdame a reparar tu corazón；YoonTae／TaeGi

《 ¡Vereís cuando os pille, par de mamarrachos jurásicos! 》

» Kim TaeHyung:

—¿Cuántas horas lleva ya durmiendo?

JungKook mira el reloj de su muñeca.

—Veinticuatro horas y treinta y dos minutos. — Me responde. — Hace tres horas se levantó, fue al baño y volvió a dormir.

—¿Crees que deberíamos preocuparnos? — Le pregunto con la mirada puesta sobre YoonGi, quién como un pequeño ángel con el vocabulario de un barrio bajero duerme en su cama abrazando su almohada. JungKook niega su cabeza antes de beber un sorbo de su zumo de manzana.

—Cuando lleve una semana así, sin parar de dormir, es entonces y solo entonces cuando  tenemos que preocuparnos. Hasta entonces, ni rallarse, mister culo-prieto. — Me explica él como si nada.

Giro mi cabeza levemente hacia la derecha y JungKook y yo nos quedamos así, en silencio, con bebidas entre manos y observando a YoonGi dormir.

—¿Sois conscientes del mal rollo que da esto? — Y de repente, una voz profunda y grave, como de ultratumba, sale de la garganta de YoonGi cuando este tiene los ojos cerrados.

JungKook se baja de un salto de la cómoda de YoonGi y se agacha frente a su cama para empezar a pincharle la mejilla con el dedo tras dejar su zumo a un lado.

—Sip. — YoonGi le da con un cojín en toda la cara mandándolo al suelo, antes de darle la espalda.

—Perdeos y dejadme dormir. — Nos escupe con molestia.

—Llevas veinticuatro horas durmiendo. — Responde JungKook desde el suelo como si nada. Enserio,¿este niño es de goma o qué? — Va siendo hora de que te levantes. — Se lanza sobre YoonGi como un gato, quién intenta cubrirse con las mantas y yo me alejo, puesto que en este mes que he compartido piso con ellos dos, sé que es mejor alejarse antes de ser un daño colateral. — ¡YoonGiiiiii~!

—QUE ME DEJES DORMIR. — Grita él bajo las sábanas con rabia.

—¡YOOONGIIIIII~! — JungKook empieza a hacer la croqueta sobre él como un niño pequeño que quiere que sus padres despierten porque es un gran día.

—C-creo que nos falta leche. — Comento haciéndome el longi y agarrando mis llaves y pasándome un abrigo. — ¡AHORA VUELVO!

Y abandono el piso con un suave portazo.

—¡QUE TE QUITES DE ENCIMA MÍO Y ME DEJES DORMIR, OSTIA! — Escucho que viene desde dentro antes de que un golpe seco haga eco y todo se vuelva silencioso.

—Más vale que no entre en un buen rato... — Susurro para mí mientras me arreglo el cuello de la camisa.

—¡Hey!¡Tae! — Levanto mi mirada hacia delante, encontrándome con SuMi y su chaqueta de animales. Al parecer, ella también va a salir.

—Hola SuMi. — La saludo de vuelta.

—¿A dónde vas?

—Al supermercado. — Respondo.

—Yo voy a tirar la basura. — Me dice levantando levemente la bolsa de basura que escondía tras sus piernas. — ¿Te importa que te acompañe?