Ayúdame a reparar tu corazón；YoonTae／TaeGi

《 Soup Mate III 》

» Ina:

Sus manos tiemblan, tiemblan tanto como sus piernas o su propia voz.

YoonGi jamás ha sido bueno hablando en público, y ya no hablemos de hablar en público sobre sus sentimientos.

Y como guinda del pastel tiene que hablar en público de sus sentimientos sobre JungKook.

Es por eso que mientras se arregla el micrófono para dar su discurso de padrino tras BamBam, su mirada no puede estar quieta en ningún lugar.

Seguramente, JungKook le dijo de ser su padrino porque sabía lo mucho que YoonGi lo dejaría en evidencia y las risas que causaría su discurso.

No sabe lo mucho que se equivoca.

Sobre la hoja de papel en la que YoonGi ha dejado su corazón en cada palabra, miles de recuerdos llenos de nostalgia y varios indicios de "te quiero hermano" que YoonGi ha escrito entre lágrimas, abundan en cada raya.

Se humedece los labios incómodo y siente el flash de la cámara de TaeHyung frente a él, aumentando sus nervios.

YuGyeom y JungKook se agarran de las manos emocionados y YoonGi mira al público.

Y las palabras empiezan a salirle solas.

—Parece que fue ayer cuando mi madre por primera vez trajo a casa un renacuajo con el pelo cortado como un champiñón deforme. Recuerdo pensar "¿y este mojón? ¿Mi madre ya ha sustituido a mi padre y ahora quiere hacerlo conmigo?" — Todo el mundo rie y YoonGi le da un vistazo rápido al papel. — Por ese pensamiento estúpido, intenté sobresalir, ser el centro de atención de mi madre, sin saber que estaba intentando sacar de casa al que sería mi hermano menor.

Y como una bomba, la respiración de JungKook se para y su sonrisa desaparece, se congela.

Hermano.

Es la primera vez que YoonGi lo llama de esa manera.

Siempre "el coso ese" "la rata", "el conejo", como máximo "hermanastro".

Jamás hermano.

—Hermano. — Empieza a decir YoonGi con una risa avergonzada. — Debes estar sorprendido por estas palabras, pero sí JungKook, fuiste, eres y serás siempre mi hermano menor. Al que protegeré de cualquier mal y apoyaré aún si tu decisión me duele. Y por el único motivo por el que lo haré, será para verte de esta manera; feliz, sonriente, estúpidamente enamorado.

La sonrisa de YoonGi se borra cuando lee el siguiente fragmento del discurso.

—Recuerdo una vez, cuando tú y yo no éramos más que unos estúpidos mocosos, que te grité con rabia e impotencia que tú y yo jamás seríamos hermanos, que jamás te admitiría como miembro de mi familia. Que si lo hacía, admitiría que mi familia estaba rota. — Su voz, con cada palabra soltada se hunde más. — Cualquier persona cuerda me hubiese gritado, golpeado o prendido fuego a mi juguete preferido. Pero tú no. Tú sonreíste. Sonreiste como alguien retrasado, con las esquinas de tu boca alzando los cachetes que cubrian tus ojitos y dejando ver tus dientecitos de leche. Pensé, de manera estúpida, que eras imbécil, que podría decirte cosas peores sin preocuparme por las consecuencias. Entonces me fui y al regresar... Estabas llorando de manera desconsolada en el regazo de tu madre, arrugándole la camisa con tus pequeñas manitas y preguntándole que por qué no te quería en mi familia, porque te odiaba tanto, qué fue lo que hiciste mal...

» JungKook, no hiciste nada. — Los dos hermanos se miran a los ojos, ambos llenos de lágrimas. — Fue mi culpa, mi capullez y mi gilipollez, no tú. Recuerdo que ninguno de muestros padres me regañaron ni castigaron, pues tú les suplicaste que no lo hicieran. Y JungKook, ese recuerdo, el verte llorando con tanto dolor entre los brazos de JiNa me hizo abrir los ojos. Me hizo darme cuenta, de que soy tu hermano mayor, que eres mi responsabilidad y yo soy tu ejemplo a seguir. Y tus palabras, a pesar de no haber sido dirigidas directamente a mí, fueron como un balde de agua fría, como si alguien me hubiese arrebatado las vendas de los ojos.