《 Claro que sí, guapi 》

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» Jeon JungKook:

—Tiene un culo bonito. — Le digo cuando TaeHyung cierra la puerta y me tiro contra el sofá subiendo los pies a la mesa. — ¿Es tu novio?

YoonGi me da un zape en la nuca cuando pasa detrás mía.

—¡AY!

—No digas estupideces, mocoso mal educado. — YoonGi se sienta en un sillón tras relinchar. — Le tiene miedo a las tormentas y no pienso dejarlo solo mucho tiempo con esa depravada mental. Así que arreando queesjerundio.

—No es tu novio pero te gust-¡CON LA BOTA NO QUE DEJA MARCA! — Grito cubriéndome con los brazos.

—¡Pues deja de soltar tanta mierda por esa boca tuya que tu culo empieza a estar celoso! — Me dice bajando la bota.

—¿¡Por qué eres así conmigo!?

—¡Porque me das motivos más que suficientes! — Grita en frustración.

Con el orgullo herido, cruzo mis piernas y, acomodándome en mi lugar me sacudo la chaqueta.

—Me quieres y lo sabes. — Le digo sin mirar a ninguna parte y haciéndome el longui*.

—Tienes razón. — Me giro hacia él con sorpresa. — Muerto, fuera de mi vista o siete metros bajo tierra en una caja de pino.

Me llevo una mano al pecho dolido.

—Me dueles Bongo, me dueles. — YoonGi me clava una mirada llena de odio. — Por cierto, ¿por qué está todo tan oscuro? ¿Acaso estabais haciendo travesuras de adul-?

—La tormenta ha causado un apagón, estúpido culopolla. — Me interrumpe sabiendo lo que iba a decir. En un suspiro, se pone en pie y se acerca a mí.

Lleno de temor, salto en defensa alzando mis brazos en su dirección e inclinando mi cuerpo lo más lejos podible de él.

YoonGi rueda los ojos cuando me toma por el hombro de la chaqueta.

—Estás empapando el sofá de TaeHyung, ratucán. — Me regaña tirando de mí. — Haz el favor de levantarte y cambiarte de ropa.

Lo miro con ojos brillantes.

—¿¡Al fin me permitirás usar ropa tuya!? — Le pregunto con emoción mientras me pongo en piez

—¿Quién soy ahora, la Madre Teresa? — Me salta él con bordearía. — No soy tonto chiquillo, llevas una maleta contigo.

Y todas mis expectativas se hunden.

—Está bien...

Arrastrando los pies, me acerco a la maleta que minutos atrás TaeHyung tan amablemente entró en el apartamento y rebusco en ella ropa con la que cambiarme mientras escucho como YoonGi pasa un paño seco sobre el sitio en el que estaba sentado.

Como al fin y al cabo he crecido con YoonGi, no siento ni una pizca de vergüenza en quitarme la ropa allí mismo. Además, no es como que me esté prestando mucha atención de todas maneras.

—Ale. — Cuando ya me he pasado unos pantalones militares anchos y una amplia sudadera negra, me giro hacia YoonGi con los brazos abiertos y una expresión de "¿ahora ya estás feliz?".

Pero poco puedo ver, pues algo se ha estrellado en toda mi cara cuando me he girado hacia él.

—Sécate el pelo, que vas a pescar un resfriado.

Con cuidado, me quito la toalla de la cara, oliendo un delicado perfume a vainilla y sonrío.

—Aigoo~. — Tras soltar una risilla, me pongo la toalla sobre el pelo y con energía, empiezo a restregarme el pelo húmedo contra ella.

Ayúdame a reparar tu corazón;YoonTae/TaeGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora