Capitulo 7 - Tercer Demonio - Trauma

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Esta semana fue muy difícil. El lunes empezamos con terapia de a dos con Sylvie. Fue bastante difícil hacer que entendiera el concepto de la terapia, que haríamos en las sesiones, sobre lo que ella tenia que hablar, y mas importante, las actividades para hacer en el hogar. Pero por suerte (y la habilidad de Pat para hablar con las personas) Sylvie entendió lo que íbamos a hacer.

-Bueno, en vista de que ambos comprendieron para que están aquí, y por que formaron esta pareja de terapia, es momento de que hablen sobre el momento en el que ustedes creen que disparo sus problemas- dice Pat mientras revisa una ultima vez sus papeles –Joseph, quieres empezar por favor?- el me mira y me invita a acostarme en el diván

-Bueno, soy Joseph y tengo 27 años (las presentaciones son obligatorias). Supongo que todo empezó en cuarto grado de primaria, cuando mi mejor amigo, mi único amigo, falleció con su familia en un accidente de tráfico. Nunca supere eso, y me deprimió mucho. No podía hablar con otros niños ni nada por el estilo. Pero lo que disparo mi depresión fue un momento en primer año de preparatoria. Había una joven que me gustaba, delgada, cabello largo hasta la cintura, lentes, no tan grandes como los que yo usaba en ese entonces pero eran bastante grandes, siempre estaba sola, nadie le hablaba a menos que fuera para pedirle apuntes o los deberes, para mi, ella era hermosa. Pero no podía hablarle, no me salían las palabras o directamente no me podía mover en su dirección. Hasta que un día ayudando a papa con sus plantas, le pregunte como sacar el aroma de las flores. Me pregunto para que era y le dije que para un regalo, entonces me ayudo. Hice demasiada de esa esencia, unos diez litros, así que le deje la mitad a mi madre y envase la otra mitad. Era una botella que me tomo dos semanas hacer, decorada con flores de metal, hechas pieza por pieza y soldadas a mano. Guarde todo en una caja y lo lleve un viernes, puesto que sabía que la venían a retirar en auto, y llevar esa botella a mano fue difícil hasta para mí. Entonces, cerca de la hora de la salida le dije

"-Te traje un regalo

-Eh?

-Es una esencia, debes disolver diez gotas en un vaso pequeño de alcohol y se formara un perfume. Espero que te guste

-Y por que motivo yo aceptaría algo de ti?- dijo en voz alta para llamar la atención de todos

-S... solo es un re... regalo- dije algo nervioso

-Por que tu me querrías dar algo? Espera, no me digas que yo te gusto?- me pregunta con un gesto extraño en la mirada

-...- estoy tan nervioso que no contesto y solo tomo mi bolso

-Repugnante- me dice con un gesto de repulsión en la mirada –Solo mírate. No me fijaría en ti aunque fueses el ultimo chico de la tierra..."

Luego de eso no se que mas me dijo, puesto que salí corriendo de la escuela. Cuando me detuve, ya estaba en mi casa

-O sea que tu estas seguro de que eso disparo tu depresión?- pregunta Pat mientras termina de anotar lo que dije

-No. Lo que yo creo que la disparo fue el hecho de que mi madre usaba todos los días el perfume que se hace con la esencia que prepare. Y cada vez que lo olía, me hacia recordar ese día, y todo el dolor que me causo

-Que hiciste después de eso?- pregunta Pat

-Estuve un mes sin ir al instituto, tuve que volver al mismo grupo, no podía cambiarme de grupo o de instituto debido a que era más de mitad de año. Cambie mucho, me volví mas cerrado si eso es posible, había momentos en los que no les hablaba ni a los profesores, entonces llamaron a mis padres y les recomendaron mandarme a terapia, y tu conoces el resto de la historia- quería terminar con eso, no quería recordarlo mas

-Por que no le dijiste a tu madre que dejara de utilizar ese perfume?- pregunta Pat mientras continua anotando

-Porque papa le dijo que yo había preparado una esencia especial, y cuando ella la olio, no pudo despegarse de ella. Yo mismo le regale a mi madre la esencia y le pedí que la utilizara a diario, algo a lo que ella no se negó. Pedirle que dejara de usarla de repente seria inaceptable para mama. Más cuando le había fascinado la esencia. Yo no podía hacer nada, por más que oler ese perfume me doliera en el alma

Sobre la depresión y otros demoniosWhere stories live. Discover now