Capitulo 21 - Prisionero de tus ojos

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"Cuando vi tu rostro
me convertí en prisionero de tus ojos
y haría cualquier cosa
por quedarme y estar contigo"

Era cerca de mitad de año. Quería regalarle algo. No por quererla conquistar o algo por el estilo, sino en muestra de aprecio por no haberme ignorado o dejado de lado, causa de mis problemas en ese entonces.

Papa me había dicho que un perfume era un buen regalo, que era algo con lo que te recordaría a diario. El problema era que yo no tenía dinero para comprar uno, aunque tampoco quería aparecer con cualquier cosa y que terminara desagradándole, por lo que me decidí a hacerlo yo mismo.

Había dos aromas que me llamaban la atención en el invernadero de papa, los jazmines y las rosas, en especial la de unas que eran de un morado muy pálido, casi azul, por lo que decidí que esos serian los aromas a combinar.

Papa no se negó a darme un poco de flores de jazmín para el perfume, pero, como era de esperarse, se negó rotundamente a darme de su preciada rosa para utilizarla en el perfume

-Es una flor muy rara, es lo mas cerca que estaremos jamás a una rosa azul. Me tomo años conseguirla y cuidarla para que creciera. No hay motivo que tengas para justificar el sacrificio de tal planta

El era un hombre muy devoto de sus plantas. Profesor de botánica en la universidad, y coleccionista de plantas raras. De verdad quería esa rosa, así como yo su aroma. Era su posesión mas preciada

-Papa, tienes 20 metros cuadrados dedicados a esa rosa. Solo necesito los pétalos de dos plantas. Es todo lo que necesito

-Cada una de esas plantas vale tanto como un mes de mi salario en la universidad. No.

-Por favor, las necesito- empezaba a desesperarme

- Dije que no

-Por favor, es para un regalo

-No vale la pena desperdiciar tu esfuerzo en tu madre

-N... no es p... para ma... mama- dije nervioso temiendo ser descubierto

-Entonces? Debe ser muy importante como para querer de esta planta

-E... es

-Es?

-E... es u...

-Un? Una? Es para una niña?

Me puse muy nervioso. No sabia que decir. Me puse a temblar, no de miedo, no de rabia o ira, sino de impotencia. La impotencia que me daba saber que era para algo tan inocente como un regalo, pero por mi forma de ser tenerlo que tratar como un secreto de seguridad nacional.

Mientras tanto, papa seguía preguntándome, hasta que en un momento no pude resistir más

-ES PARA UNA COMPAÑERA DE CLASE!- impulsivamente lo grite

Papa se quedo desencajado, no sabia como reaccionar o responder ante tal declaración. Lo único que hizo fue darme de su preciada rosa y una corta frase

-Eso si es motivo para sacrificar a esta planta

Tenia gran cantidad de tiempo hasta que el aceite tomara el aroma de las flores, por lo que decidí hacer una botella para el perfume.

Entre todas las botellas que había en la habitación de los trastos, había una de licor que me llamaba la atención, no solo por su tamaño y forma, sino por su color. Un azul pálido, muy similar al de la rosa.

Entonces me puse a dibujar un pequeño diseño de una enredadera, en la que se entrelazan rosas y jazmines, que iría desde el cuello de la botella hasta cerca de la base.

Sobre la depresión y otros demoniosWhere stories live. Discover now