Capitulo 12 - Papa Mentiroso

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-Me prometiste que la protegerías

Que?

-Me prometiste que estarías allí para ella

Quien?

-Me prometiste que la querrías

Donde estoy?

-La dejaste para ir a revolcarte con esa desgraciada

Que esta sucediendo?

-Pero no te preocupes. Ella esta con migo ahora. Yo cuidare de ella, como debe ser

Es una sala grande. Estoy yo y una mujer de negro que no vi nunca en mi vida. Hay un ataúd en medio de la habitación. El podrido hedor de los jazmines penetra violentamente mi nariz, haciéndome sentir la necesidad de vomitar.

Es un funeral.

De eso no hay duda. Solo me queda levantarme de mi asiento junto a esa mujer, así puedo ver de quien se trata.

Son solo doce pasos. Doce pasos desde mi lugar hasta el ataúd. Doce pasos que se extienden por una eternidad.

Mil y un pensamientos revolotean en mi cabeza mientras me acerco

-Joseph- me dice aquella mujer –no deberías, te lo suplico

Por que no debería? Si estoy en un funeral, necesito saber de quien son mis lagrimas

-Por favor. Fue muy difícil separarlos. Debes aceptarlo. Ella descansa ahora

Cuando la mujer termina de hablar, doy un vistazo al ataúd

-No

-Te lo dije

-No

-No lo hagas más difícil

-NO!

-Es tarde para lamentarse

-NO! NO! NO! NO! NO! NO! NO!

-Debiste de haberlo pensado antes de abandonarla

-YO NO ABANDONE A NADIE!

-Eso no es lo que yo vi. Yo te vi dejarla ahí tirada en esa cama para ir a revolcarte con esa demente

-YO NUNCA LA DEJARIA A ELLA PARA IR A REVOLCARME CON NADIE!

-Te destrozo el corazón, el cual ella te ayudo a reparar, y la abandonaste porque esa demente vino a regalarse meneándote el culo

-JAMAS DEJARIA A LA UNICA PERSONA A LA QUE AMO POR UNA MUJERZUELA!

-Tus papeles dirán que fue un paro cardiaco. Pero yo se que mi pequeña Sylvie murió porque le rompiste el corazón

-NO!- las lagrimas no dejan de caer de mis ojos sobre el pequeño cuerpo sin vida de la persona que mas ame en este podrido mundo

-Ya tuviste suficiente tiempo para llorar. Es hora de irnos

En ese momento, la mujer se levanta de su asiento, camina a mi lado, y coloca su mano derecha sobre el pecho de Sylvie.

-Adiós Joseph. La única oportunidad que se te dio para amar, y la desperdiciaste por tu deseo carnal. Ya el infierno se encargara de tu castigo

Cuando termina de hablar, simplemente se desvanece en el aire, y con ella el cuerpo de Sylvie

-NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

Grito. Grito tan fuerte como puedo, con tanta furia como mi cuerpo puede soportar. Con todo el odio que mi corazón estuvo guardando todos estos años. Grito tan fuerte que puedo sentir sangre en mi boca.

Sobre la depresión y otros demoniosWhere stories live. Discover now