Sobre la depresión y otros demonios

Capitulo 15 - Yo también quiero que me quiera

Hay decisiones que una vez hechas, uno no puede arrepentirse. No sin hacerle daño a algo o alguien.

-Podrías disculparme por la forma en la que te trate el ultimo mes?

Realmente no espero que me perdone, porque solo un canalla actúa de esa forma con una mujer.

-A que te refieres?

-Ignorarte, ser frío, no responder a tu afecto, a eso me refiero

-No esperaba que aceptaras mi cariño a la primera, pero yo te amo, por eso lo soporte

-Entonces, puedes perdonar a este canalla?

-Puedes perdonarme por la forma en la que te grite?

-Gritarme?

-Aquel día cerca de la hora de la salida

-Oh, eso. Ya lo había olvidado. Nunca me enoje con tigo por eso. No hay nada que perdonar

-Lo mismo digo. Se que todavía estabas dolido por eso, por lo que comprendí que tu comportamiento era natural

El resto del mes fue bastante agitado. Había que planear un casamiento, buscar un lugar mas grande donde vivir (aunque la disuadí sobre ese tema, aquí es suficiente para los tres, es algo pequeño pero es menos problemático, además que algo mas grande cerca del hospital seria muy costoso), llevar a Sylvie a los últimos controles post operatorio, pagar todas las horas de trabajo que me salte, un sin fin de cosas por hacer.

Yo no soy creyente, y a Melina no le agrada la idea, así que será algo muy sencillo por civil. Para nosotros es más que suficiente que la ley del hombre nos reconozca como unidos.

No puedo olvidar que se cumplieron cinco meses desde que Sylvie entro a mi vida. Realmente cambiaron las cosas desde que ese tipo la trajo a mi puerta como una esclava en harapos.

Ella no se ve realmente feliz por lo que voy a hacer pero tampoco se ve triste. Ella me dijo que si yo era feliz, ella era feliz. Pero yo solo seré feliz cuando ella sea feliz. Así que estoy en una especie de paradoja, la cual no se como afrontar.

Para celebrarlo, fuimos todos al café a pedido de Sylvie, aunque por todos me refiero a Pat, Ellie, Sylvie y yo, con la adición de Melina al grupo. Fue algo difícil pedirle a Ellie que me ayudara con esto, pero como era para Sylvie, ella lo hizo sin dudar. Cuando le pedí ayuda con el pastel y un poco de decoración, me respondió con una sonrisa en los labios, esa misma sonrisa con la que me veía comer el pastel de calabaza que hace tanto que no pruebo.

Esa noche nos preparamos y nos dirigimos al café.

-Ellie!- grita Sylvie cuando cruza la puerta del café y se lanza a los brazos de Ellie

-Sylvie!- Ellie le contesta el abrazo

-Buenas noches Ellie- le extiendo la mano

-Buenas noches Joseph- no me devuelve el saludo puesto que esta con Sylvie

-Buenas noches- dice Melina

-Buenas noches señorita- contesta Ellie sin separarse de Sylvie

-Patrick ya esta aquí?- le pregunto para cambiar de tema

-No todavía, pero dijo que no tardaba en llegar- dice mientras se separa de Sylvie –Vamos a la mesa, así podemos esperarlo con un café en lo que se enfría el pastel

-Me encantaría- le respondo y nos dirigimos a la mesa

Puedo sentirlo. El ambiente esta muy pesado, muy denso. Puedo sentir en el aire que las cosas se van a poner muy feas.