Capitulo 6 - El primer día de mi nueva vida

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Sylvie estuvo todo el domingo practicando de llamarme papa, pero cada vez que lo hacia, ambos nos poníamos rojos. Así que decidimos que solo me llamaría así en publico, aquí en casa le di la libertad de llamarme como ella prefiera.

Fuera de eso, fue tranquilo.

Terminamos de limpiar el departamento, volvimos a visitar al viejo Phill para almorzar, y fuimos a la plaza del centro a caminar un poco.

-Visto que ninguno de los dos podemos manejarlo bien, solo te pediré que me llames papa cuando estemos fuera o en el hospital, en casa podrás llamarme como encuentres cómodo, entendido?

-Si amo, digo, si papa- me regala una gran sonrisa cuando lo dice y siento que se me oprime el pecho –Yo también iré al hospital con papa?- me mira algo confundida

-No voy a obligarte, mis turnos son de doce horas, y a veces más. Yo te recomendaría quedarte en casa, pero si quieres venir no hay problema- en eso miro mi reloj y veo que es algo tarde, además de que debo tomar mis medicamentos –Bueno, vamos a casa, ya se esta haciendo tarde y debo entrar muy temprano a trabajar

-Entendido. Vamos.

Volvimos a casa y nos preparamos para la semana que teníamos por delante, la cual por suerte transcurrió sin sobresaltos.

Sylvie fue con migo al hospital toda la semana, y por contrario que parezca, se divirtió bastante aprendiendo sobre enfermería básica y primeros auxilios con las pocas enfermeras con las que trato, usualmente las de mayor edad dada mi nula capacidad para tratar con personas de mi edad.

Para mi suerte, el hospital y su gente es un mundo aparte, un mundo que va a su propio ritmo, pocas personas se dieron cuenta de que no estaba andando solo, y las que lo hicieron me dijeron que si mi hija/sobrina/hermanita estaba cansada, que la dejara dormir en la sala de enfermeros (Es una gran sala común para los enfermeros y médicos de guardia, en la que podemos descansar, beber algo o esperar la próxima oleada de pacientes, tiene dos baños dobles con dos duchas, uno para hombres y otro para mujeres, cocina completa, y una sala aparte con media docena de camas, para los que hacen doble o triple turno), además nadie dijo nada sobre las marcas de quemadura que Sylvie tiene en la cara y en las manos. Supongo que van demasiado apresurados como para reparar en esos detalles, por más que sean tan obvios.

El viernes salimos del hospital con Pat y fuimos directamente al bufete de abogados a buscar mis papeles, los cuales indicaban que Sylvie era una persona que existe legalmente como tal, y no solo eso, sino que también es hija adoptiva mía.

-Y ahora que hacemos?- pregunta Pat mientras salimos de aquel lugar

-Podríamos ir al café por un poco de pastel para celebrar. Que dices Sylvie?- le pregunto mientras le coloco el cinturón de seguridad

-Donde la señorita Ellie? Como usted prefiera amo... digo... como tu quieras papa- cuando me lo dice se sonroja un poco y siento que yo también

-Al café de Ellie entonces. Sube Joseph, o se hará tarde

Si bien Sylvie y Ellie no eran amigas, ya se hablaban más. Era cuestión de tiempo antes de que fuese Sylvie la que me pidiera para ir al café y no yo a ella

Entramos al café y le pedimos a Ellie una mesa, como éramos los únicos allí aparte de una de las mesas de la esquina que estaba ocupada por una sola persona, le pedimos a Ellie que se uniera a nuestra pequeña celebración

-Y que celebramos esta noche Joseph?- me pregunta Ellie mientras nos muestra la mesa

-El primer día de mi nueva vida- le digo mientras acaricio la cabeza de Sylvie, la cual viene abrazada de mi cintura

Sobre la depresión y otros demoniosWhere stories live. Discover now