Nuevos novios, besos y peleas

175 17 7
                                    

Le expliqué a Miguel todo lo que pasó entre Villamil, Isaza y yo. Después de pensárselo bien Miguel aceptó ayudarme.

-¿Quieres saber si te quieren?- Me preguntó.

-Obviamente.

-Pues fingimos que somos novios y si se ponen celosos...

-Eres un genio.

-Lo sé.

-Oye, ¿vamos con los chicos? Quiero presumir de novio.- Sonreí.

-Venga vale.

Nos pusimos en camino hacia la casa de Isaza. Al llamar nos abrió Villamil. El cual no parecía muy feliz con el tema de venir con mi compañero.

-Encantado, soy Miguel.- Saludó con una sonrisa.

-Juan Pablo.- Se presentó Villamil seriamente.

Pasamos dentro. Estaban todos en el salón (novias incluidas). Todos se quedaron mirando a Miguel.

-Miguel, cuanto tiempo.- Soltó María.

-¿Qué tal, enana?- Preguntó mientras la abrazaba.

-¿Has vuelto con Laura?- Dijo María sonriendo.

-Si.- Asintió mientras me miraba.

Tanto Isaza como Villamil cambiaron su cara. Estaban muy molestos.

-Oye, ¿y qué haces con esta tía?- Preguntó la novia de Villamil.

-Por que es la mejor persona que he conocido nunca.

-Exagerado.- Dije entre carcajadas.

-Laura. Tengo que hablar contigo.- Soltó Villamil agarrándome el brazo.- A solas. 

Fuimos a la cocina. 

-¿Qué quieres?- Le pregunté.

Se quedó en silencio.

-Villa... ¿Estás bien?

Me miró con tristeza. ¿Qué le pasaba? ¿Tanto le afectaba que tuviese novio? Se acercó a mi lentamente y me besó. ¿Qué debía hacer? 

-Tienes novia...- Le susurré al oído.

-Y tu novio...

-No es lo mismo.

-Te quiero...

-Y yo a ti...

¿Qué me pasaba? ¿Por qué no le insulté cuando me besó? No quiero que le ponga los cuernos a su novia por mi. Aun que la chica sea subnormal.

-No me hagas esto...- Le rogué mientras le abrazaba.

-Lo siento...

-¿Y ahora qué?

-Ahora nada.

Volvimos con los demás. Su novia me miraba con asco, pero me daba igual. Me senté al lado de Miguel.

-¿Todo bien?- Me susurró al oído.

-Perfectamente.- Sonreí tontamente.

Me giré hacia Isaza. Parecía preocupado. Nuestras miradas se cruzaron. La suya triste, la mía pidiendo una explicación. Y ninguna sin respuesta. Quería abrazarlo. Pero tenía a Miguel al lado, Villamil mirándome fijamente y las novias asesinas odiándome a muerte. Que bien empezaban las vacaciones.

-¿Queréis ir mañana a la piscina?- Preguntó Miguel.

-¿Y por qué no ahora?- Dijo María.- He visto una tienda de bañadores cerca.

Enamorada de ambosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora