Aporrée una olla con todas mis fuerzas en el oído de María.
-Buenos días.- Me burlé.
-Joder Laura que estoy enferma.- Se quejó.
-¿Enferma? Dirás resacosa.
-También, también.- Respondió tapándose el rostro con su cojín.
-Venga que son las nueve de la mañana.- Anuncié.
-¿¡Las nueve de la mañana!? Pero si estamos a sábado.- Se quejó otra vez María.
-Siempre me has levantado a las nueve de la mañana teniendo resaca. Ahora me toca vengarme.- Le expliqué marcando una maliciosa.
Alguien aporreó la puerta de entrada con fuerza. Al abrir me encontré con una adolescente de pelo negro y ojos color miel cristalizados. La niña estaba llorando. La reconocí al momento: era mi prima Sara. Ella corrió a abrazarme.
-Prima me he escapado de casa.- Anunció antes de que pudiese reacionar.
-¿¡Qué!? Sara no me metas en estos líos.- Le reñí.
-No he podido aguantar ni un minuto más en esa casa.- Me respondió entrando sin permiso en mi casa.
Sara corrió junto a su maleta a mi habitación (en la cual dormía Villamil). La seguí lo más rápido que pude.
-¿Qué hace Villamil en tu cama?- Preguntó señalando a mi novio.
-¿Lo conoces?
-Soy fan de Morat.- Anunció con un brillo en los ojos.
-Pues viven conmigo.- Solté mirando el rostro dormido de Villamil. Era demasiado adorable.
-¿Isaza incluido?- Preguntó animada.
Asentí lentamente con la cabeza.
-¿Te importaría si me lo tiro?
-¿¡Qué!? Sara tienes dieziséis años.- Le recordé.
-Tengo dieziocho.- Respondió ella cruzando los brazos.
-¿Segura? Pues me he perdido media adolescencia tuya.
-¿Dónde está mi futuro novio?- Preguntó sin cortarse un pelo.
-Sara, no te acerques a Isaza. No es lo que parece.- Le rogué.
Ella corrió hasta la habitación de Isaza. Pude oír un grito varoníl. Corrí hacia su habitación. Me encontré a Sara en la cama de Isaza.
-¡Sara! Sal de esa cama o te vas a la calle.- Le grité enfadada.
Sara rebufó enfadada. Salió de la cama. Crucé mi mirada con la de Isaza. Parecía realmente confundido.
-Lo siento, es mi prima.- Le expliqué agarrando a Sara de la oreja.
Ella soltó un grito de dolor.
-Sois totalmente diferentes.- Soltó él mirándonos.
-Es verdad, Laura es una tabla, yo tengo tetas.- Se burló Sara justo antes de recibir un puntapié de mi parte.
-Estoy apunto de mandarte con tus padres.- Le amenacé enfadada.
Ambas salimos de la habitación. Al poco tiempo salió Isaza en ropa interior dirigiéndose hacia la cocina.
-Isa, tápate.- Le ordené tapándole los ojos a Sara.
-Ya estás acostumbrada a verme así.- Soltó él con una sonrisa pícara.
-Te estás ganando una violación.- Le avisé mientras me acercaba a él.
-Estaría encantado de que me violases.- Dijo Isaza agarrándome de la cintura.
-¿No recibiste suficiente anoche?
Isaza se puso serio.
-Sois...- Dijo Sara juntando los dedos.
Negué con la cabeza. Villamil salió de la habitación (también en ropa interior) con cara de sueño.
-Buenos días.- Saludó Sara inspecionándole los "paises bajos" a mi novio.
-Eh, aparta la mirada.- Le avisé abrazando a Villa.
-Tranquila, a mi me gusta Isaza.
-Y a mi Laura.- Soltó Isa mirándome fijamente.
Villamil frunció el ceño.
-Es broma.- Mintió Isaza fingiendo una sonrisa para evitar problemas con su amigo.
Miré a Sara: ella miraba a Isaza como si fuese su dios todopoderoso. No me podía creer que mi amada primita estuviese enamorada de él. No es por celos ni nada... Simplemente no me hacía gracia que nadie se acercase a Isaza y menos alguien como Sara. Pero prefería olvidarme de ese tema y centrarme en mi nuevo y hermoso novio (Aka la drama queen Villamil).
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Enamorada de ambos
Fiksi PenggemarLau, una chica de 19 años, y su amiga María, de su misma edad, deciden irse a vivir a Madrid una temporada para aclarar ideas. Pero no pueden aclarar mucho ya que sus vecinos de arriba son músicos y hacen bastante ruido.