Salseo y perro

108 18 7
                                    

Pude notar como la tensión aumentaba en el silencio. Pude notar como ellos se miraban mosqueados. Simón, María, Sara y Martín se fueron a comprar, dejándome sola con Villamil y Isaza.

-Bueno... Ha quedado buena tarde.- Solté rompiendo el silencio.

-¿Solo se te ocurre decir eso?- Me echó en cara Isaza.

Giré los ojos con asco. No sabia a ciencia cierta por qué se comportaba de esa manera. Pero me daba igual, era idiota. Abracé a Villamil. Él se sorprendió y miró incómodamente a Isaza. Isa se mosqueó.

-¿Te pasa algo, Isaza?- Pregunté con maldad.- Si no te gusta lo que ves te puedes ir...

-Estoy perfectamente.- Respondió enfadado.

Y así empezó ese concurso de incomodidad... Me lancé encima de Villamil, el cual estaba rojo cual tomate.

-Laura para por favor...- Me rogó Villa.

-Shh... No estamos haciendo nada malo.- Le respondí posando mi dedo índice en sus labios.

Isaza se levantó del sofá mosqueado, estaba furioso. Y me gustaba, no me preguntéis porque, pero me gustaba. Marqué una sonrisa en mi rostro y me separé de Villamil.

-¿Solo querías esto?- Me preguntó Villa enfadado.

-Si, ¿por?

-Laura, le amas.- Soltó levantándose él también del sofá.

-¿¡Qué!?- Exclamé siguiendo a Villamil.

-Lo que oyes.- Respondió encerrándose en su habitación.

Me quedé de piedra. A mi izquierda tenía la habitación de Isaza, la cual al mirarla se me llenaba la mente de recuerdos imborrables, a mi derecha la de Villamil, el chico con el que mejor me sentía. Y ninguna puerta abierta. Miré la puerta de salida. Bajé las escaleras hasta mi piso. En mi puerta se esperaba mi "amada" vecina de abajo bajé la cabeza y caminé hacia ella rogando que no buscase pelea.

-Señorita Laura, he escuchado ciertos gritos del piso de su novio.- Me explicó de manera retante.

-No es mi novio.- Respondí bucando las llaves de mi casa.

Ella se sorprendió. Acto seguido sonrió de una manera dulce y afectuosa.

-Laura... Todo saldrá bien.- Dijo posando su mano en mi hombro.

La abracé con fuerza.

-Muchas gracias.- Le dije mientras me separaba de ella.

-No hay de que.- Dijo dirigiéndose a las escaleras.

Abrí la puerta de casa y me lancé al sofá. Algo me empezó a lamer el rostro. Abrí un ojo: un cachorro de Golden Retriever de pelo amarillento y ojos brillantes me miraba confundido. Pegué un salto ahogando un grito en mi interior. El perro parecía bastante calmado.

-¿De quién eres, pequeño?- Le pregunté mirando la chapa de su collar.

CALLE: C/ Serrano N. 27 2/1
NOMBRE: Wolfie
NUM: 63929440

Volví a mirar la calle varias veces hasta darme cuenta de que esa era la dirección de mi casa. Agarré a "Wolfie" extrañada. Alguien abrió la puerta de casa: era Maria y Martín. Le lancé una mirada de odio.

-¿Qué es esto?- Le pregunté mirando al cachorro.

-¿Te gusta? Se llama Wolfie, lo adopté esta mañana.- Respondió Maria ilusionada ignorando mi odio.

-Mire, ¿hablaste con nuestra casera para preguntarle si podemos tener más de dos mascotas?- Le pregunté.- Y lo más importante, ¿lo consultaste conmigo?

-¿Con Marianne? Pero si el número que nos dejó es falso... Y contigo... Bueno, tómatelo como un regalo.

-¿Falso?- Pregunté mientras agarraba el post-it donde estaba escrito su número.

Marqué su número. Me contestó un mensaje automático que decía: "Número marcado no existente". Me empezó a hervir la sangre, vaya día llevaba. El perro me empezó a lamer la pierna. No pude evitar sonreír. Era bastante mono.

-¿Qué tal tu día?- Preguntó Martín agarrando al cachorro.

-Mal, Villamil y Isa no me hablan.

-¿Qué hiciste?- Dijo Maria

-Tentar sus sentimientos.- Respondí junto antes de soltar un suspiro.

Enamorada de ambosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora