✧Amigos de la infancia; m.b.✧

❥Capítulo 25

•Narra _____•

Corrí literalmente hasta mi salón, los pasillos cada vez se miraban más solos y eso me preocupaba. Luis venía detrás de mi.

Al llegar al salón la puerta estaba abierta y algunos de mis compañeros estaban levantados y otros haciendo relajo.

Al acercarme más vi que no había ni un solo maestro dentro del aula.

—Nos acaban de avisar que el maestro falto.- me dijo Nirvana al verme.

Sentí un gran alivio por dentro y le agradecí a Nirvana por haberme dicho.

Me senté en mi lugar y ella se acercó a mi.

—¿En serio no quieres cambiar tu estilo? Sería bueno para ti.

—Si me gustaría, pero no quiero que Cassy se sienta demasiado importante, que solo cambie mi estilo porque ella se copeó de mi.

—Eso no pasará. Es bueno cambiar aunque sea una vez en la vida. No te llamarán por siempre "La chica de los vestidos"-. Nirvana hizo una voz grave y comillas mientas decía la frase.

—Bien.- rodé los ojos.- cambiaré algunos de mis vestidos por jeans o como sea que quieras vestirme. Dejaré que escojas lo que quieres que use y también lo que quieras que ya no use.- le sonreí.

—Entonces nos vemos mañana temprano porque también yo tengo una cita con Jacob.

—La mía no es una cita.- fruncí mi ceño.

—Claro que lo es.- se carcajeó y se alejó de mi.

(...)

Al terminar la última clase, tome todas mis cosas y me colgué la mochila en mi hombro. Salí del salón concentrada en el camino que tomaría pero alguien golpeó su hombro con el mío por accidente.

—Lo siento.- dijo él.

—No te preocupes Alex.- intenté sonar amable.

—Oye, aprovechando que eres tú. ¿Podrías llevarme a mi casa?-. Se rasco la nuca mientras me preguntaba.

—Sí, claro.- le dije extrañada.

Él parecía tratarme mejor.

—Gracias.- sonrío.

—Vamos.

No quería hacer tanta plática, solo quería dejarlo en su casa para después irme a la mía.

Caminamos hasta mi auto. Le quite el seguro al llegar y él se subió primero. Yo aún no entendía lo que estaba haciendo pero de igual forma me subí a mi auto.

Empecé a conducir hacia la casa de Alex en un silencio realmente incómodo.

—¿Qué ha pasado con tu auto?

—Se ponchó un neumático esta mañana y me tuve que venir en transporte.

—No te imagino viajando en uno de esos.- me reí.

—Era la única opción que tenía si quería llegar a la universidad.- se rió también.

—¿Y por qué tus amigos no se ofrecieron en traerte?

—Olvidé decirles, y justo cuando chocamos iba a buscar a alguno para que me trajera.

—Si necesitas algo puedes pedírmelo con toda la confianza del mundo.- le sonreí sin quitar mi vista de la carretera.

—Muchas gracias, te diría lo mismo pero no creo que algún día necesites de mi. Ahora tienes a Mario y él te puede dar todo.

—Solo somos amigos Alex, Mario no tiene nada que ver en lo que estábamos charlando. Sigues siendo tan celoso.- rodé los ojos.