Capítulo III: Miedo |Editado|

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Capítulo III: "Miedo"

    No lo entendía. Hace unos días atrás me encontraba en un colegio estudiando los colores de las almas, sus vidas, y ahora sólo estoy aquí sentado alrededor de 13 personas refugiadas, un agrietado, al igual que yo, y dos brujos, que por cierto uno de ellos, es un acosador que me tomó manía desde el primer momento en que me vio.

     Había un poco de incomodidad en la mesa a la hora de comer, pero esta se desvanecía de a poco con los chistes terribles de Demian y los comentarios sarcásticos de Andrea hacia estos mismos y que sí hacían reír.

    Aún estaba algo impactado con todo esto, pero me sentí más relajado luego de llenar mi estómago. Valentino no hablaba mucho y se mantenía sereno, yo lo observaba de vez en cuando y él me devolvía la mirada con suavidad. Me recordaba a algo o a alguien, pero no sabría decir qué. Enseguida Demian me hablaba y estaba obligado a separar la mirada de Valentino.

    Tiempo más tarde decidimos ir a dormir, había sido un día agotador.

    Los hombres fuimos por una "sección" y las mujeres por otra, eran pasillos con puertas a los dos lados.

    —Esta será la tuya —Dijo Demian, sonriéndome. —La del lado derecho es la mía y la de más allá es la de Valentino —Apuntó otra puerta, asentí. —Puedes venir si necesitas algo, ¿bien? —Rodé los ojos, pero asentí, él rio.

     Abrí la puerta y me adentré en el lugar, encendí la luz y observé el interior. Había una cama de plaza y media, un sillón, unos muebles rústicos y una cómoda. En el techo se veía una lámpara a la que se le podía cambiar la intensidad.

      Sobre la cama había una toalla y un cambio de ropa. Fue entonces cuando me di cuenta de la puerta que había junto a la cómoda, casi escondida. Este lugar estaba muy bien hecho. Era acogedor.

       Fui al baño y me metí en él junto a la toalla, me tomé mi tiempo en la ducha, necesitaba pensar y aclarar mi cabeza. Me sentía tan extraño en esta situación, tan distinto.

      Al terminar, até la toalla a mi cintura, no sin antes pasarla por mi cabello, y salí del cuarto de baño, encontrándome con Valentino sentado sobre mi cama. Me observó en cuanto me vio salir y yo a él, obviamente.

    —Mmm, ¿Hola? —Dije distraídamente, pero con una curiosidad latente en mi voz.

    —Hola —Sonrió a penas.

    Caminé hasta mi ropa y comencé a vestirme. No tenía de qué avergonzarme, ¿verdad?, ambos éramos hombres.

     En cuanto terminé me senté a su lado y le observé, sus ojos opacados me analizaban como hace rato, de la misma manera, ¿Quería decirme algo?

      En eso, suspira temblorosamente y suelta una corta risa histérica. —He venido a hablar contigo.

      —Por lo que veo —Dije inconscientemente de manera sarcástica, mierda —Lo siento... No quise decir eso... ¿Pasó algo?

    Sus ojos al escucharme preguntar lo último se oscurecieron un poco más de lo que ya eran y sinceramente, me intimidaba de sobremanera.

    —Necesito contarle a alguien esto —Dijo de una manera extrañamente nerviosa.

     Mi ceño se frunció y lo observé detenidamente, era mi turno de analizar.

     —Lo que sea, puedes decírmelo —Dije con una sonrisa tranquilizadora, que carajo que me ponía nervioso su nerviosismo.

     ¿Tendré problemas mentales?

     —Es que... Bueno, tú eres igual a mi —Dijo observando el suelo, su comportamiento me extrañó más de lo que creí posible.

Almas a color /BL [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora