||CHERIK|| - ‡Enséñame a amar de nuevo‡ - (m-preg) (omegaverse)

+2.6+

Todo fue demasiado rápido.

—Charles... Usa tus poderes.— Susurró el pelirrojo, mirando de reojo al omega y a los policías que tenían delante con nerviosismo.

—No puedo.— Fue lo que respondió con el mismo nerviosismo.

En un segundo, los policías dispararon sin esperara nada más, y Charles gritó un "¡NO!" al ver que Erik amenazaba con clavar todo el metal de la cocina en los cuerpos de los guardias.

Pero, todo se detuvo igual de rápido.

Cierto adolescente de cabellos ceniza se colocó unos lentes y cascos, en los cuales sonaba el tema "Time in a bottle" de Jim Croce, mientras echaba a correr por la pared para desviar tanto los objetos metálicos como las balas y, ¿por qué no? De paso noquear a los guardias al dirigir sus pistolas y sus puños contra ellos mismos.

Cuando todo volvió a moverse, las balas de cristal impactaron en la pared y los policías ya estaban inconscientes en el suelo por sus propios golpes, y Peter no podía estar más sonriente con su gorra de policía y masticando un poco de comida que terminó en el aire y aprovechó para comer mientras hacía lo anterior.

Todos ya estaban empapados por los aspersores que se habían activado, y entre el pánico por el supuesto fuego -que no era más que un fogón de la cocina algo descontrolado-, salieron a la calle de nuevo, ahora con un nuevo compañero de equipo.

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Apenas una hora después, llegaron las despedidas.

—No puedes venir Peter, tu madre estará muy preocupada... Además, a donde vamos necesitarías ser mayor de edad.— Le dijo Charles, y aunque él mismo querría estar más tiempo con su hijo, era imposible. —Te prometo que cuando vuelva iré a veros.— Murmuró con un tono de voz más suave, bajando un poco las orejas para demostrar que decía la verdad.

—Eso dijiste la última vez...— Murmuró de vuelta el chico, dando un suspiro antes de subirse al coche utilizando su poder, y que el hombre que habían contactado le hiciera de chófer al menor.

El castaño no podía estar más arrepentido y triste de esa despedida, pero de momento no podía hacer nada.

Logan le apremió para que subiera al jet privado. Éste último dio una mirada al coche que ya se alejaba en el horizonte, subiendo al avión, y cuando todos estuvieron dentro, éste despegó.

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Todo el ambiente estaba muy tenso. Las miradas entre alfa y omega no se hicieron esperar, y el segundo alfa a bordo miraba la situación con una ceja en alto. Le parecía de lo más cómico, Charles le mantenía la mirada a Erik, y éste se la devolvía con el mismo fervor.

—¿Y bien...?— Cortó el incómodo silencio el mayor, tomando un vaso de whisky y sentándose al otro lado de la mesa del de ojos cielo. —¿Qué hiciste mientras yo estaba de vacaciones?— Preguntó dando una pequeña sonrisa, tratando de aligerar el ambiente. El menor aún le miraba mal.

—Tú y yo sabemos bien lo que hiciste, Erik.— Contestó con tono enojado Charles.

—Hablas de lo del presidente, ¿no?— Dijo tranquilo, dando un sorbo a su vaso. Lo necesitaba en esos momentos. —Yo no le maté.

—La bala hizo una curva.— Frunció el ceño aún más si era posible, encogiéndose un poco en su asiento. Se sentía algo desprotegido sin sus poderes.

—Yo no le maté. Traté de evitarlo.— Estaba empezando a molestarse, por lo que también frunció el ceño. —Los estúpidos normales fueron los que lo mataron, él era de los nuestros.— Explicó tratando de mantener su enojo a raya, no funcionó. —Igual que Ángel, Emma, ¡y todos los demás que ellos capturaron y mataron!— Sin querer se enojó más de lo previsto.

El metal del avión comenzó a chirriar, Logan se aferró con sus garras al asiento, mientras Charles veía con puro miedo al alfa que se acercó más de lo que se esperaba a él, encarándole.

—¡Erik el avión! ¡Pierdo el control!— Exclamó Hank desde el asiento de piloto, intentando que se controlara, o caerían.

—Nunca me vuelvas a echar en cara que maté a nadie.— Murmuró enojado, y cuando se alejó de Charles, el aparato volvió a la normalidad.

Éste último tenía lágrimas en los ojos, y manteniendo su expresión de miedo -aunque ahora mezclada con enojo y tristeza-, se dirigió al baño del lugar, encerrándose.

—Muy bien hecho.— Felicitó irónico el lobo, mirando al mayor con el ceño fruncido y una sonrisa de lado.

—¿Quieres pelea perro?— Respondió el de ojos verdes aún enojado, sin siquiera mirarle. —Si no tienes idea de lo que hablas, cállate.

—Ah, pero sé muy bien de lo que hablo.— Tomó un vaso y se sirvió el mismo whisky, mirando de reojo al joven Magneto. —¿No has notado nada extraño en el olor de Charles?

El contrario al fin le miró, sorprendido. Ahora que lo pensaba, no había notado rastro de feromonas en él, y siendo omega tendría que tener al menos algún resto.

—¿Qué quieres decir? Explícate.— Exigió serio el pelirrojo, sentándose ahora delante del otro alfa.

—Se está drogando.— Dijo de lo más tranquilo, bebiendo de su vaso. —Lo hace para poder caminar y librarse de las voces en su cabeza... Pero tiene efectos secundarios, Hank me lo contó antes de irnos.— Dejó el vaso y se puso serio. —Esa medicina terminará por dejarle estéril si no logra dejarlo. Ah, y empezó a hacerlo poco después de que le abandonaras.

Boom, puñetazo al estómago para Erik. Eso no se lo esperaba, y se echó para atrás mientras dejaba su mirada ida.

—Esto es mi culpa... Mierda.— Dio un puñetazo al asiento acolchado, mientras ponía la otra mano en su cara. Poco después cayó en algo y miró al castaño. —¿Cómo sabes que le abandoné?

—Él mismo me lo dijo... 60 años en el futuro. Es más, me pidió que te lo dijera así.