J DE JET STAR

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(N.d.A: "Debo admitir que este no me ha gustado del todo cómo me ha quedado, pero en fin, la inspiración no viene siempre. Ya intentaré que los demás queden mejor, lo prometo")

El crujido de la arena bajo sus botas es apenas perceptible. Sin embargo, a causa del silencio que reina, en sus oídos ese simple movimiento retumba como las pisadas de un elefante en un día de resaca.

Su espalda va rozando la pelada pared del refugio, llena de graffitis  y viejos carteles cuyos colores  se han desvanecido a causa del sol. Ya comienza a notar cómo los dedos le sudan, la pistola se le resbala ligeramente de las manos. La cosa es que no está muy seguro de si es por los nervios o por el puñetero sol, que lleva pegando todo el día como si no hubiera mañana.

Tal vez ambos.

De repente, escucha algo parecido a un crujido no muy lejos de su posición,  y sus sentidos se ponen en alerta. Contiene la respiración como treinta segundos, atento a todo lo que le rodea.

- De acuerdo, allá vamos -piensa en lo más profundo de su mente.

Entonces avanza lentamente con un pie. Luego con el otro. Y cuando está al borde de la pared, coge todo el aire que sus  pulmones son capaces de coger y salta hacia el otro lado, con los brazos estirados, la pistola apuntando a su objetivo.

La mencionada presa está de espaldas, pero escucha los escombros que levanta Jet Star al caer sobre el suelo.

- ¿Pero qué cojon...? -es lo único que le da tiempo a decir.

Porque tres segundos después, Jet aprieta el gatillo, y un profuso chorro de un mejunje rojo sale por el cañón, impactando en su camiseta vistosamente, salpicándole ligeramente la cara al enemigo. El objetivo, también conocido como Ghoul, se queda paralizado unos instantes, indignado:

- ¡La madre que te parió, Jet! -le grita- ¡Joder! ¿Sabes lo MAL que se quitan las manchas de ketchup?

- Ah, estate más atento la próxima vez -responde el otro levantando los brazos, sonriente.

Buah, llevaba meses queriendo eliminar a ese mentecato, pero siempre se lo quitaba...

- Un momento -interrumpe sus pensamientos, volviéndose a preocupar-, ¿quién queda en pie?

- Creo que sólo el Ninja y Cherri...

Entonces escuchan un grave grito a lo lejos, proveniente de detrás de unos arbustos, y ven cómo Cherri se desploma sobre el suelo.

- Error -corrige el de verde- Sólo queda el Ninja. Yo que tú empezaría a correr...

Ese maldito Poison. Cómo no. Demasiadas películas de acción, le han trastornado el juicio. Aunque, por otro lado, gracias a eso lleva ganadas como unas siete partidas de PaintBall Killjoy seguidas.

Ah, no, pero esta vez va a ser diferente. Lo presiente, siente que va a ser así. Que pronto le dejará la cabeza de un precioso color rojo ketchup... bueno, más de lo que ya lo tiene. Así que vuelve sobre sus pasos, alejándose de Cherri y Ghoul. Si algo ha aprendido en todo este tiempo, es que Poison nunca, pero NUNCA, estará donde te lo esperas.

Carga la pistola con un par de bolsitas de munición y dispone todos sus sentidos de nuevo. Se ajusta bien las gafas de sol, pero aún así nota que le dificultan el apuntar a la sombra.

- Joder -murmura mientras las guarda de nuevo en su bolsillo.

Pero, o éste ha encogido en estos últimos segundos, o está hoy más torpe de lo habitual, porque ponga como las ponga, no entran ni de una manera ni de otra. Echa un vistazo para asegurarse de que Poison no anda por allí, para después soltar la pistola e intentarlo con las dos manos.

KILLJOYS empieza por...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora