KILLJOYS empieza por...

S DE SUNSHINE

-         Saludad al sol, queridas arañas, o al menos las que aún os mantengáis en pie. Un nuevo amanecer despierta con pereza sobre el olvidado desierto del extrarradio, donde vivimos (o más bien sobrevivimos) los despojos de lo que antes fue nuestro hogar.  Un nuevo día en el que todo puede cambiar. Y sin embargo, ese astro rey que nos mira y juzga con recelo hoy no brilla, aunque permanezca en el cielo. No trae luz, sino ácidos recuerdos, amargos dolores de cabeza que ni todas las píldoras de los vampiros podrán remediar. Hoy es precisamente el aniversario de nuestro Día Fatídico. Eso me temo, mis aguafiestas, hace diez años que nuestros Killjoys originales cayeron valerosamente en el campo de batalla en una lucha de láseres, cristales y máscaras. Desde entonces lo hemos intentado, pero seguimos atrapados entre las cadenas de Bat City, huyendo, escondiéndonos... Llevamos los colores, la indumentaria, pero tal vez hayamos olvidado por qué. Fingimos a través de nuestros antifaces de colores que la memoria de nuestros héroes no caerá hacia atrás, nos engañamos diciéndonos que somos iguales, comparándonos. Envidiándonos. Pero este juego va más allá de llevar el pelo de tonos arcoiris. Y, a pesar de que hasta el momento la fiesta todavía no ha terminado, recordad: mamá y papá pueden volver a casa en cualquier momento. Tal vez sea hora de retomar el control de nuestras vidas, hoy todo puede cambiar, puede ser el año definitivo. Lo único que debemos hacer es mirarnos en el espejo y preguntarnos por qué estamos aquí. Pero mientras tanto, esta va dedicada a todos nuestros amigos que nos custodian desde algún lugar del limbo. Y a todos aquellos que lo perdimos todo y más. Dj Sunshine fuera.

Apaga el micrófono y conecta el tocadiscos. Después respira profunda y  paulatinamente, frotándose los ojos con los dedos. Hace tanto calor que su aliento le quema la garganta, como si escupiera fuego.

Se aparta los cascos de Dr. D de las orejas, dejando que resbalen por su cuello, y se apoya sobre la mesa de mezclas con cuidado de no apretar por error algún botón y hacer que la canción suene como si estuviesen atropellando a un gato histérico en celo. Otra vez.

El EP que grabaron los Killjoys está sonando en la transmisión. Siempre suena ese día. Siempre lo pone ese día. Y siempre la deprime demasiado. Pero, al parecer, es dura de mollera y se empeña en pincharlo constantemente. O eso, o es que le gusta sufrir.

Ajaja, qué emo ha sonado eso.

Se recuesta sobre la silla chirriante, mirando hacia el techo para evitar que los ojos se le humedezcan demasiado. Hace un calor infernal dentro de la estación de radio. Y eso que las ventanas cubiertas por tablas de madera apenas dejan pasar un rayo o dos de luz,. Será por eso, el sitio resulta ser como un horno industrial.

Se coge el cuello de la camiseta, balanceándolo con el fin de abanicarse un poco. Gira medio cuerpo hacia atrás, agarrando su chaqueta de cuero y doblándola como es debido. Entonces, uno de sus dedos topa con algo inesperado. O mejor dicho, no topa con lo esperado.

Detiene la acción, incorporándose sobre la silla, y mira su chaqueta, alarmada; la chapa de Party Poison ya no está en su sitio.

- ¡Mierda, mierda! ¿Dónde puede...?

Es prácticamnrte seguro que debe estar dentro del estudio, apenas sale ya de allí. Sólo para buscar suministros y esas cosas vitales.

Es lo mejor para todos.

Así que se levanta y, como una loca, se pone a buscar el condenado objeto. Tras escrutar con ahínco cada una de las superficies, aunque más bien escarbando, (pues para hacer una verdadera búsqueda en ese sitio habría que recogerlo como es debido primero),  la encuentra caída justo delante de la puerta del armario sin llave: el misterio de ese mueble es que aún no ha logrado abrirlo. Lo ha intentado con todo, ganzúas, clips, a base de golpes, con una palanca, incluso con un rayo láser, pero no hay manera. La puerta tiene una especie de cierre misterioso que, a día de hoy, no ha conseguido encontrar. Sólo los Killjoys debían de saber qué contenía, o cómo abrirla.