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Salgo disparado de la casa de Nashell. Por lo visto la pasa excelente con mi hermano. Mientras que conmigo, nunca tenía tiempo. O estaba enferma.

Estoy a pocos pasos de la casa de mamá. Me encantaría saber si alguien más, aparte de ella, se siente triste por mi partida.

Avanzo hasta la puerta principal, y ya nada me importa, la traspaso. Debo acostumbrarme a ésta miserable eternidad de paredes y puertas atravesados. En vista de, que no tengo idea de porqué me quedé penando en ésta tierra.

Doy vueltas por la mansión, todo parece estar en el mismo sitio de siempre. Nada extraño. Subo a mi habitación​ y está cerrada. Atravieso la puerta y me adentro a mis aposentos.

Todo permanece intacto. Y aunque el sol amenaza con desaparecer en cualquier instante, puedo distinguir perfecto cada cosa de mi habitación. La cama está perfectamente tendida, como me gusta. Sábanas blancas.

El escritorio yace en perfecto orden. Y el closet tiene la ropa clasificada por marcas. Los zapatos están pulidos y ordenados, también por marcas. Me siento en la orilla de la cama.

Quiero ser normal. Quiero volver a vivir. Cómo alguien normal. Respirar. Saltar. Llorar. ¿Quién diría que yo iba a extrañar mi propio llanto? ¿Seguro qué puedo llorar? Porque, hay fantasmas que salen en las películas y lloran, eso creo que es absurdo. Para eso supongo que es necesario sentir. Y yo no siento.

Lo comprobé. 

Me levanto de la cama. Ya debería irme, si quiero cuidar a la chica rosa de otro intento de suicidio, debería comenzar a caminar ya. Algo que se me hace extraño, es que no he visto más fantasmas como yo, quiero decir. Soy el único...

Camino hasta la computadora, está encendida con el protector de pantalla. Me siento en la butaca del escritorio e intento accionar la computadora. Nada. Suelto un bufido. Me cansa no poder hacer nada. Me levanto de golpe y camino hasta la puerta, pero me giro veloz, al escuchar el sonido de la ventana de noticias.

Eso hace que el protector de pantalla se retire y quede el ordenador en su página de inicio. Me acerco y retomo mi puesto en la butaca. Leo claramente que han dejado el historial del navegador con muchas pestañas abiertas. La que está abierta en éste momento deja muestra de un periódico local, por supuesto, digital. En el que anuncian: Accidente del hijo mayor de los Yivcoff.

El hijo mayor...

Hijo...

Mayor...

— ¡Yo soy el hijo mayor!

Tuve un accidente. Pues, eso no es lo último que yo recuerdo. Recuerdo a...

Sonido del ordenador.

Otra notificación. Ésta si alcanzo a leerla, se visualiza en la parte inferior derecha de la pantalla:

Han pasado dos meses desde el extraño accidente y desaparición física de Sam Yivcoff. Todavía no se han encontrado sus restos, su madre quién decidió velarlo en el cementerio Mounster, junto con sus objetos más preciados, afirma que se trata de algo más que un acci...

Y eso fue todo. No pude ver más, puesto que para poder hacerlo, hay que hacer clic en la burbuja de la información y por lógicas razones (soy un fantasma) no puedo.

Cansado de esto. Salgo de aquí, es hora de ver cómo está la chica rosa.

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He caminado por largo rato. Me dirijo a su casa, pues sería el colmo que todavía estuviera en el cementerio, además me queda más lejos caminar hasta allá y estoy cansado. Sí, ya sé que no me puedo cansar, pero quiero decir que esto me agobia. Cómo si fuera un ser humano normal. Quiero intentar serlo. Paso ese puente extraño. Y aquí estoy, frente a su casa. Quisiera saber: ¿Por qué me siento más cálido en su hogar?

Traspaso la puerta principal. Y puedo distinguir que al fin ha decidido ordenar la cocina. Dejó regadas unas cuántas hojas, parece que las ha utilizado para alguna especie de té. Quizás eso le ayude a dormir mejor.

Subo las escaleras directo a su habitación. Verla dormir es algo que disfruto. Me poso en el umbral de su puerta, y noto como está buscando una buena posición para dormir. A ésta altura, puedo verme en aquel espejo, luzco fatal. Supongo que ese accidente, de verdad me dejó terrible. Aún no encuentran mi cuerpo...

Quiere decir que mamá estaba velando un féretro vacío. ¿Por qué? Quizás así podría despedirse bien. O es algo simbólico, no lo sé...

Pero no puedo pensar mucho en ello. Puesto que la chica rosa me sobresalta. Está pegando gritos como loca. Si fuera humano, diría que se me puso la piel de gallina. ¿Acaso...?

Mis ojos se ensanchan, lo sé porque me estoy viendo en el espejo, al igual que ella. ¡ME PUEDE VER!

Sigue gritando como loca. Y yo estoy, si así se puede decir, contento. Porque quiere decir que sí me vió en el cementerio cuando le dio ese desmayo​.

No saltes, yo te amo💖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora