—¡¿Qué hace ella aquí?! —me despierto de golpe.
Abro los ojos y allí está, Camila Regalado.
¿Pero qué...?
—¿Amor?— dice Jackson.
—¿Amor? —repito.
¿Acaso...?
Pero...
—Dijiste que no tenías novia —frunzo el ceño— y dijiste que ella sería la última chica con la que te acostarías...
Ella levanta la ceja y coloca una mano en su cadera. Estrujo mis manos por mis ojos, y aclaro la visión.
Sigue igual que hace un par de años. Cabello castaño, cuerpo monumental, ojos marrón y perfecto maquillaje aplicado.
—No me respondías las llamadas, así que decidí venir para ver si te faltaba algo —se dirige a Jackson, es como si yo no estuviera aquí.
Observo la hora en mi teléfono: 07:30am.
¿Qué loca visita a un chico a éstas horas?
—¡Gracias por ese lindo gesto!, pero creo que no es un buen momento. Puedes dejar la ropa aquí —se pone de pie y le indica una mesita que hay en la sala— te llamo luego...
Abre la puerta. Pero al parecer, ella no tiene intenciones de irse. Puesto que toma una silla de la isla de cocina y la trae hasta la sala.
—Puedo quedarme aquí, mientras se arreglan.
Me levanto con la sábana enrollada en mi cuerpo y me cuelo en el baño sin pensarlo.
Al salir aseada y peinada, llevo puesto mi uniforme de trabajo.
Extrañamente, anoche tomé mis cosas antes de salir, pues no pienso volver a mi casa sino cuando sea necesario.
—¡Lista! —anuncio.
Jackson pasa al lado mío y camina directo al baño.
Arreglo el sofá cama, dejándolo como ayer. Y me dedico a maquillarme.
Hay un silencio bastante incómodo que Camila no duda en romper:
—No somos novios... Realmente somos amigos.
La observo unos segundos y continuo con mi labor.
—Él me habló de ti. Pero no sabía que habían vuelto.
Niego ferviente.
—Que esto no se malinterprete, por favor. Jackson y yo solo somos... ¿Amigos? Él me ayudó ayer por algo que pasó en mi casa. Eso es todo.
—¿Y qué tus padres no viven contigo? —inquirió extrañada.
—Mi papá nos abandonó. Mamá murió hace unos días.
Ella posa su mano sobre su boca. Intentando tapar la expresión de sorpresa.
De hecho, no sé cómo pude soltarlo así, sin más. Con senda crueldad y frialdad en mis labios.
—Lo siento. En serio.
Sus ojos enseñan unas cuantas lágrimas.
Retiro la mirada de ella, porque no quiero llorar. No quiero verme débil.
—Tranquila —es lo que digo.
—Sabes que perdí a mi padre... Puedo entender un poco lo que estás pasando.
Asiento.
Ordeno el maquillaje y lo guardo otra vez en la bolsa.
—Sí necesitas algo...—insiste.
![](https://img.wattpad.com/cover/119223525-288-k113665.jpg)
ESTÁS LEYENDO
No saltes, yo te amo💖
RomansaNo saltes... ¡Yo te amo! Angélica Stanley. Sam Yivcoff. Dos personajes que tienen poco en común, pero la vida se encarga en hacer que se encuentren... ¿Más allá de la muerte? Sam cree que su misión, luego de...