La Madriguera

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Al día siguiente

Narra Hermione

Me dijeron que hoy por la tarde me darían el alta y podría marcharme. Tenía muchísimas ganas de ver a los Weasleys y cómo no a mis padres. Una sanadora entró a traerme el almuerzo, macarrones de nuevo, echaba de menos a Molly Weasley.

- Señorita Granger hay una muchacha esperando fuera - me dijo - ¿Le digo que pase?

- Sí por favor, gracias por la comida - dije.

Ella sonrió y dejó entrar a mi mejor amiga.

- ¡Gin! - dije emocionada - Te he echado de menos tía.

- ¿Pero si me viste ayer? - dijo sentándose a mi lado.

- Ya, pero no pudimos hablar casi nada - dije comiendo.

- Será porque cierto hermano mío no separó sus labios de ti en ningún momento - me dijo pícara.

- ¡Eh no te metas con mi novio! - dije riendo - Bueno, ¿cómo ha ido todo durante mi ausencia?

- Ahora todo está mejor, Angelina ha conseguido que George salga de su habitación y creo que están saliendo juntos. Percy tiene una novia, se llama Audrey y ¡es muggle! Mi padre alucinó la primera vez que vino a casa.

- Y, ¿cómo va todo con Harry? - pregunté guiñándole un ojo.

- ¡Hermione! - gritó sonrojada - Muy bien, me gusta muchísimo estar con él y me cuida muy bien. Estoy realmente feliz.

- Me alegro por ti amiga, ambos os merecéis ser felices, pero no quiero ser tía tan pronto eh - dije burlona.

- Serás pervertida - me dijo tirándome un cojín - Anda que tú con mi hermano, ayer os íbais a comer, pero también me alegro. No sabes lo preocupado que ha estado por ti, se ha pasado cada día de estos dos meses aquí a tu lado, realmente está loco por ti.

- Y yo por él - dije sonriente - Quién me lo iba a decir, enamorada del insufrible pelirrojo con el que peleaba día sí y día también.

- Vamos Herms, todos lo sabíamos, se notaba a leguas que os queríais - me dijo - Ahora todo irá a mejor.

- Sí, todos nos merecemos ser felices - dije.

En ese momento entró la sanadora de antes.

- Siento interrumpir pero debo revisarla una última vez antes de darle el alta - dijo - serán sólo diez minutos, después podrá ducharse y marcharse.

- Te espero entonces, nos apareceremos juntas en La Madriguera - me dijo Ginny saliendo.

La sanadora miró las máquinas, me dijo que realizara unos encantamientos y por fin me dio el alta. Cogí ropa limpia que Ginny me había traído y fui a ducharme. Pensé en lo que haría a partir de ahora. Pasaría la noche en la Madriguera y al día siguiente iría a ver a mis padres, probablemente a Ron le siente mal pero llevó muchísimo sin verlos. Luego está el dieciocho cumpleaños de Harry y quién sabe que más depararían las vacaciones. Me puse una camiseta blanca, unos shorts negros y unas converse rojas. Salí y allí se encontraba Ginny. Caminamos hasta la puerta del hospital y nos desaparecimos en un sitio dónde nadie nos viera.
Llegamos a la casa y nos abrió una sonriente Molly Weasley.

- ¡Hermione! - dijo abrazándome - Cuánto me alegro de que te hayas recuperado, estábamos muy preocupados por ti. Estás muy delgada, come algo - dijo ofreciéndome unas galletas.

- Mamá acaba de comerse casi una fuente de macarrones ella sola, créeme Ron le está pegando el don Weasley - dijo Ginny riendo.

- ¿Que yo qué? - dijo Ron apareciendo por la puerta - Herms, me alegro de verte fuera de esa habitación - dijo dándome un abrazo y tomando mi mano, lo peor es que sus padres no sabían aún lo nuestro.

Always [Romione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora