Estigmatofilia

Cuando dejaras de equivocarte?

Camino por la calles de mi ciudad favorita.
Dios, como adoro París.
Antes adoraba pasar mis vacaciones aquí, pero hoy soy oficialmente una residente  y resulta mucho mejor.
Solo llevo tres meses aquí, mi mudanza fue fácil, no traje nada conmigo, solo una maleta, una maleta cargada de dolor.
Hice tanto daño.
Me hicieron tanto daño.
Al principio era casi imposible respirar, todo dolía, dolía trabajar, dolía dormir sola, incluso dolía pensar en olvidarlo.
Y entonces llego ella, con bellos cabello dorados.
Resultó tan patética, huí para curarme y como siempre me aferré a alguien para cubrir mi dolor.
¿Pero como no aferrarse a ella ?
Es dulce, es alegre, es hermosa.
Es un pedazo de sol que ilumina la constante  obscuridad que cargo.
Y valla, en la cama es lo más sensual que he visto o sentido.
Mi dulce Sarah.
Sarah trabaja modelando, así la conocí, en el trabajo.
Y me da algo de vergüenza pensar que fue ella la que me conquistó a mi. Siempre he sido la cazadora y ella termino atrapándome a mi.
Al principio me resistí, no por complejos, ya que no sería la primera vez que me he sentido atraída a una chica, pero yo cargaba con tanto dolor, que me era extraño pensar que mi actitud taciturna, distante y aveces grosera, resultara atractiva para alguien como ella.
Ella es un rayo de energía, siempre corriendo por los pasillos de la empresa, sonriendo con todos y riendo de todos. Aveces realmente me siento celosa de ella, de esa capacidad que tiene de sonreír.
Pero pasó, tan naturalmente, ella me saludaba todos los Días, platicábamos un poco, y así fue acercándose a mi. Una tarde llego a tomarse una copa a mi departamento y no salió hasta una semana después.
Realmente me gustaría poder alejarme de ella.
Nada tan bello puede sobrevivir tan cerca de mi.
Recuerdo que desde que soy niña suele pasarme, mi madre adora la jardinería, insistió en que me sumará a su pasatiempo, pero planta que tocaba moría. Incluso es imposible que vivan mucho tiempo en mi casa. Mi madre decía que tenía la sangre pesada, y yo creo que todo lo que toco termina muerto.
¿Ahora que debería hacer con la linda y alegre Sarah ?
Jamás hemos hablado de amor, ni de compromiso o del futuro, es más como ser amigas que duermen juntas.
¿Tal vez Debería hablarle de Darren, o de omar?
Le dije que había llegado a París por trabajo y ella no pregunto más.
La verdad es que no pregunta mucho.
Es como si solo importara el presente.
¿Ella también estará huyendo de algo?
-¿vas a dormirte o tengo que asfixiarte con la almohada?-
Mi dulce rubia me sorprende con su voz a medio dormir.
-ya casi termino, estos correos son importantes-
-odio que traigas La computadora a la cama-
Esta molesta, pero incluso en su molestia suena adorable, un adorable puchero.
Pasó mis dedos por su espalda desnuda y llego a sus bellos cabellos.
La hermosa niña vuelve a caer dormida.
Y yo me apresuro a terminar mi trabajo pendiente, algo me dice que mañana será un día pesado en la oficina y mi linda rubia quiere que comamos juntas.
Es gracioso como me encanta mimarla y cuidar de ella.
Tal vez podamos lograrlo.