Estigmatofilia

Tienes que aprender

Hoy desperté sumamente positiva.
Cómo no serlo ?
Me encuentro en la ciudad más hermosa del mundo, con la chica mas hermosa, claro, después de mi.
Tuvimos sexo toda la noche y comimos helado en el desayuno.
Sarah es mi amiga, mi cómplice, mi amante, solo tres meses y ella se había encargado de sanar mis heridas. Jamás le conté nada, ni de omar, ni de darren.
Para ella solo era yo, una chica que le gusta la moda, que tiene ciertos gustos perfeccionistas y tiende a la obsesión.
Con Sarah no soy la hija del gobernador, no soy la chica rica, la princesa de papa, con ella solo soy yo.
Y eso me gusta.
Y sin darme cuenta me encuentro siendo arrasada por un sentimiento, el sentimiento de dejar de lado todo lo pasado y ser solo esa nueva chica, la chica que soy con ella.
Estamos de camino al trabajo.
En paris visto un poco más relajada, solo un poco.
Pero siempre a la moda, y Sarah como modelo es indispensable que siempre esté hermosa.
Así que me recreo viéndola vestirse frente a mi.
En paris es más conveniente y divertido ir en moto que en auto.
Al llegar, ambas tenemos bien coreografíada la rutina, ella toma los cascos, mientras yo acomodo la motoneta, toma mi bolsa y yo acomodo los cascos.
Es como si lleváramos años con esta rutina.
Y entonces lo suelto.
-¿Te gustaría ir a mi casa en vacaciones ?
Mi mamá está entusiasmada por conocerte. -
Esperaba una sonrisa, Sarah es así. Sonríe muy fácil.
Y una parte de mí recordó lo que omar me dijo.
"Adoro prensar que esas sonrisas son solo para mi"
Y recordé  que omar sonreía tan facil como Sarah. Tengo que concentrarme.
Por que ella no sonrió, al contrario, hizo una mueca difícil de describir, algo entre tristeza y confusión.
-Liza tenemos que hablar-
Ok, esa frase la conocía. Y no era nada bueno.
Así que marque a la oficina y avise que llegaría un poco más tarde hoy. Y Sarah hizo lo mismo.
Fuimos un pequeño café cercano a la oficina y en silencio nos sentamos. Por la hora el lugar estaba casi vacío.
Pedí los cafés y me quede quieta, esperando lo que sabía que vendría.
-Liza, eres una gran chica, nos llevamos muy bien y en poco tiempo he llegado a sentir gran afecto por ti-
En mi cabeza no dejaba de pensar "pero, pero, pero"
Ella me veía a los ojos tan valientemente  y entendí que eso era lo que yo tenía que haber hecho, verlos a los dos a los ojos, explicar lo que sentía, pero no, fui tan tan estupida.
-el asunto es que, tu no quieres que yo conozca a tu familia-
Ok, eso estuvo confuso.
-claro que quiero que los conozcas-
-No preciosa, o bueno, si, si quieres que los conozca, pero no así, no como pareja-
- oye, yo no tengo prejuicios y mis padres tampoco, ya les he hablado de ti y jamás les oculté nada-
-nena, no me refiero a eso-
Y me taladro con la mirada, ok, si, algo tiene de razón.
-tú no me amas, no así, me amas, y yo te amo, pero somos amigas, amigas que cuando nos vimos por primera vez nos reconocimos, reconocimos el dolor en el alma de la otra, y curamos nuestras heridas, ese lugar en tu vida, el de "te quiero presentar a mis padres" no es mío, no me pertenece, créeme, sería muy feliz que una chica como tú me amara y quisiera pasar el resto de sus días a mi lado, pero no es así, tú ya amas a alguien, y lo sé por que yo también amo a otra persona, podemos pasar el resto de nuestros días juntas, pero como amigas-
Ahí quedo mi positivismo.
Me quede como piedra, incapaz de reaccionar.
¿Que le digo ?
¿Cómo reaccionó?
¿Debería llorar?
¿Debería enojarme?
-¿y entonces ?-
Sus hermosos ojos azules me observaron y volvió a sonreírme.
Suspiro
-Pues iremos a trabajar, en la noche iremos a tu casa, empacaré mis cosas, haremos el amor por última vez y mañana regresaré a mi departamento, tal vez mi gato esté muerto o se comió a los peces, hace semanas que no voy por aya-
Y sin poderlo evitar mis ojos decidieron por mi, se llenaron de lágrimas.
-Liza, esto no es un adiós, dejaremos pasar unas semanas y después te llamaré para que vallamos por unos tragos, y a bailar como antes, y nos divertiremos, pero cada quien irá a su casa, y arreglaremos por fin cada quien sus problemas con ese ser del que no queremos hablar.
Desde que conocí a Sarah descubrí muchas cosas de ella.
Descubrí que sus hermosos ojos azules, lloran cuando ve a un perro ser maltratado o sufriendo, se que le gusta el helado de fresa más que ningún otro, se que le gusta dormir de lado derecho de la cama y que ella casi siempre tiene razón.
Y esta vez no era la diferencia, ella tenía razón, pero aún así dolía, dolía que ya no tendría más a su dulce cuerpo enredado al mío.
Era cálido y reconfortante.
Ella no me haría daño, ni yo se lo haría a ella.
Entonces lo entendí.
Claro que tenía razón, yo no la amaba, solo era reconfortante, no debía estar preocupada por hacerle daño como se lo hice a omar o a darren. No por que no había amor.
Dios mi cabeza dolía.
Así que me rendí y me fui a trabajar.

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Mi cara era un poema.
Lo veía y no podía creerlo.
¿Pero qué demonios pasa con esta chica ?
Me deja a mi, deja al estupido tatuado, corre a otro continente, y se enreda con una modelo.
Esto es demasiado para mi.
¿ Será que prefiere a las chicas ?
Llevo semanas siguiéndola y aún no puedo creerlo, casi viven juntas, las he visto abrazarse, besarse y toquetearse.
Si somos honestos, he visto escenas que me han puesto mas duro de lo que jamás pude haberlo imaginado.
¿Quien diría que la chica de hielo tenía esas preferencias?
Ella que era tan fría, tan propia, tenía una relación con una chica rubia.
Demonios, no se si ponerme celoso o tomar fotografías para mis noches de soledad.
Dios mío
Soy tan patético, hace semanas creí que era patético, renuncié a mi trabajo y a la familia que me había adoptado con cariño.
Todo lo que tenía eran ellos, a ella, y renuncié por que fui incapaz de comportarme como un hombre.
Pero cuando el jefe me mostró las fotos que le enviaron de su hija, para amenazarlo y evitar que él siguiera con su campaña, tome el primer vuelo a paris.
Las fotos eran más que una amenaza, no solo había fotos de ella en la calle, saliendo del trabajo y tomando un café en una mesa al aire libre, había fotos de ella saliendo de la ducha, viendo televisión en su sala y entrando a su departamento.
El bastardo que estaba haciendo todo esto, sabia lo que hacía, en casa, la esposa del jefe y su hija están completamente seguras, pero esta niña malcriada se había alejado Solá, sin seguridad y sin decirle a nadie donde se encontraba, el jefe pensó, qué tal vez, la falta de información era mejor, si nadie encontraba a Liza, tal vez estaría a salvo. Pero el bastardo la encontró.
Y si, aquí estoy yo, tratando de encontrarlo a él, antes de que la princesa note mi presencia.
Al menos le debo eso, mantenerla a salvo y mantenerme lejos.