Prólogo.
Ruedo sobre la cama y bostezo.
Me estiro doblando los dedos de los pies, ¡qué rico!, y me incorporo sobre el colchón. Aparto los cabellos de mi cara y me levanto totalmente desnuda.
Subo el tanga de encaje por mis largas piernas y deslizo las asillas del sujetador a juego por mis brazos. Lo abrocho a mi espalda y cojo el top negro del suelo. Me introduzco en el pantalón vaquero corto y meto mis pies en los tacones rojos.
Rodeo lentamente la cama y mis ojos observan el cuerpo desnudo y durmiente.
Mi boca se alza por un lado y muerdo mi labio inferior. Cojo mi bolso y saco mi carmín rojo del interior.
Suavemente, para que no se despierte, dibujo un ocho en su espalda. Me alejo para admirar mi obra y encojo un hombro.
No está mal.
Meto el pintalabios en mi bolso y, sin hacer ruido, salgo de la habitación de hotel. Camino hacia el ascensor y me alegro de ver que no hay nadie en el interior.
Pulso el botón del vestíbulo y, mientras se cierran las puertas, saco mi teléfono del bolso. Al desbloquearlo, veo que no hay ningún mensaje, por lo que suspiro aliviada.
Lo meto de nuevo en el bolso y salgo del ascensor con la cabeza en alto. Me dirijo a la calle y voy hacia mi coche, un Volkswagen Golf de color rojo de última generación. Me monto y arranco al instante.
El ronroneo me hace sonreír y salgo del aparcamiento con un acelerón que hace que mi corazón se vuelva loco.
A las seis de la mañana, el aire de Lanzarote es frío, pero sé que hoy hará mucho calor.
Llego a mi calle y logro encontrar aparcamiento delante de mi edificio. Rara vez ocurre esto.
Me apeo del coche y cruzo la carretera. Saco una llave y abro el portal. Me quito los tacones y subo rápidamente las escaleras hasta el porche de la casa.
Abro la puerta y entro silenciosamente. Soy toda una experta. Me dirijo a una de las habitaciones de la planta principal y empujo levemente la puerta entreabierta.
Observo el cuerpo que respira acompasadamente sobre la cama y sonrío con cariño. Dejo la puerta como estaba y camino hacia la de entrada.
Salgo de nuevo a la calle y corro hacia el otro lado de la acera. Vuelvo a abrir la puerta de un portal y me froto los brazos que el sereno ha enfriado mientras abro el buzón con mi nombre. Cartas del banco, facturas y propaganda.
¡Nada importante!
Subo las escaleras hasta el segundo piso y abro la puerta con una B en el centro.
Hogar dulce hogar.
Tiro los tacones a un rincón y Choni, mi labrador, me recibe moviendo su rabo de lado a lado. La acaricio con gran afecto y luego me encamino hacia la ducha sin pensarlo dos veces.
Cuando termino, con solamente unas bragas y una camisa fina de asillas, me tiro sobre mi cama y enchufo el móvil al cargador.
Choni se sube a mi lado y se acurruca contra mi espalda, haciéndome suspirar de comodidad.
Pongo el despertador para las nueve y media y dejo el aparato sobre la mesilla.
Nada más apoyar la cabeza en la almohada, ya estoy dormida.
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No te enamores de mi. (NTEDM 1)
RandomElla es Nira, una conejera que trabaja por la mañana en La Toscana, un bar que le encanta con un jefe que adora aun más, y por la noche en La Loba del Desierto, otro local un tanto especial que la ayuda a olvidarse de sus problemas durante unas cuan...