24.
Entro en La Toscana por la puerta principal a las once y cuarto y rápidamente miro hacia el escenario.
Arthur no me ve, pero yo lo reviso de arriba abajo mientras canta y toca su guitarra con una sonrisa enorme y los ojos brillantes.
Eso me hace sonreír a mí.
Me siento en una de las mesas de la derecha, mirando directamente hacia el escenario, y humedezco mis labios mientras contemplo detenidamente a mi maravilloso, ardiente y provocador novio.
A los pocos segundos, veo que Guaci y Gina entran al bar y alzo mi brazo para que me divisen. Sus caras se llenan de alegría y caminan rápido hacia mí. Nos abrazamos con gran cariño mientras nos preguntamos emocionadas cómo estamos.
—¿Qué tal tu vida sin La Loba del Desierto? —pregunta Guaci con una ceja alzada y no puedo evitar echarle un vistazo a mi maromo.
—Oh, chicas, de maravilla. Tener las noches libres con Arthur es un placer y ya ni les cuento lo que es dormir ocho horas seguidas —contesto con una sonrisa en la boca y ellas se ríen.
—¿Qué hacen estas bellas señoritas por aquí? —clama la voz de Rafa y aparece con una gran sonrisa.
Me levanto para abrazarlo y de reojo, veo que Arthur nos atisba. Una sonrisa mayor de la que ya tenía adorna su rostro y continúa cantando. Las chicas también saludan a mi jefe y me vuelvo a sentar.
—Pues veníamos a desayunar, Rafa —responde Gina y el hombre asiente.
—El camarero vendrá rápidamente. —Nos mira a las tres y sonríe con gracia—. Un placer tenerlas aquí, no armen mucho escándalo.
—Nira nos contó que habías puesto música en vivo, pero es increíble cómo canta ese chico —exclama Guaci y me guiña un ojo con complicidad.
¡Ay, mi loca!
—Ah, sí, Arthur es un cantante maravilloso —contesta Rafa con una gran sonrisa llena de orgullo y desvía su mirada hacia mí—. Pero supongo que Nira no les ha contado que ella también hace sus pinitos sobre el escenario.
No.
Me llevo las manos a la cara al mismo tiempo que escucho los gritos sorprendidos de mis amigas.
—¿Qué? —profieren al unísono y me destapo para mirarlas.
—Es una bobería —contesto y mi corazón se acelera con fuerza.
—Bobería no, deberían ver cómo se comporta la gente cuando la ve allí arriba —insiste Rafa y suspiro, aunque no puedo odiar a mi jefe por lo que está haciendo. Lo adoro demasiado.
—Quiero verlo —exige Gina asintiendo y resoplo.
—Tengo hambre y no tengo ganas de cantar hoy.
—¡Venga, Nirita, hazlo por nosotras! —suplica y la miro con los ojos entrecerrados.
—Si lo hubiera sabido, no vengo —protesto entre dientes y las chicas aplauden emocionadas cuando me levanto de la silla—Y tú —exclamo señalando a Rafa con el dedo—, esto me lo pagarás.
—¡No te hagas la dura, que se nota cómo te gusta estar sobre el escenario! —profiere entre risas y pasa un brazo por encima de mis hombros, haciéndome sonreír—. Chicas, ahora se las devuelvo.
Mis amigas aplauden de nuevo y me dan ánimo a gritos, cosa que llama la atención de todo el mundo y me hace reír. Arthur nos ve acercándonos al escenario y sonríe juguetonamente.
ESTÁS LEYENDO
No te enamores de mi. (NTEDM 1)
RandomElla es Nira, una conejera que trabaja por la mañana en La Toscana, un bar que le encanta con un jefe que adora aun más, y por la noche en La Loba del Desierto, otro local un tanto especial que la ayuda a olvidarse de sus problemas durante unas cuan...