10.
Me despierta el sonido de una vibración y frunzo el ceño antes de abrir los ojos. Levanto la cabeza del pecho de Arthur y veo su móvil encendido.
Lo está llamando C.
¿Quién es C?
Me despierto completamente y entonces me doy cuenta de la situación.
He dormido con Arthur.
En mi cama.
Con Choni a nuestros pies.
Pero también me fijo en que se ha quitado la camisa y los pantalones y está acostado solamente en calzoncillos.
Miro sus tatuajes y su impresionante físico. Pero mi mirada se queda en su rostro dormido.
Está pacífico y hermoso.
Parece un ángel.
Mi corazón se acelera y rozo con las yemas de mis dedos su mejilla. No se mueve, pero aparto mi mano como si lo hubiera hecho.
¿Qué estoy haciendo?
De repente, mi cuerpo me traiciona y comienza a picar por querer tocar el de Arthur. La calidez de su piel desnuda me achicharra por dentro y muerdo con fuerza mi labio superior.
No lo hagas, Nira.
Aprieto en puños el edredón y me acuesto boca arriba mientras cojo una gran bocanada de aire. Miro el techo y me concentro en la respiración tranquila de Arthur.
Pero la mía está descontrolada y no sé qué hacer.
De repente el muchacho se sobresalta, como si se hubiese despertado por una pesadilla, y me busca con la mirada. Suspira cuando me ve y mira la distancia que he impuesto yo misma.
—¿Estás bien? ¿Hace mucho que te has despertado? —pregunta girándose hacia mí y sacudo la cabeza.
—Hará unos cinco minutos.
Él asiente y me sigue mirando...mirando...y mirando.
—Vale, no puedo más —exclamo y me apoyo en mi costado.
—¿Qué ocurre? —pregunta y frunzo el ceño.
—¿Por qué no te puedo sacar de mi cabeza? —inquiero y sus ojos se desorbitan—. ¿Por qué no puedo dejar de pensar en ti y de querer tocarte y besarte?
—Nira...
—No, Nira no, he estado todos estos días pensando en ti, intentando quitarte de mi mente, pero me ha sido imposible ¿vale? Y estoy cabreada.
—¿Conmigo? —pregunta y resoplo.
—Contigo y conmigo misma —exclamo y cojo aire—. Y no quiero pensar en nada de lo que ha pasado anoche porque estoy bien. Apareciste en el momento indicado para estar conmigo y eso me cabrea aún más.
—¿Quieres que me vaya?
—¡No! —profiero y aprieto los dientes—. No lo entiendes, te estoy pidiendo perdón.
—¿Me estás pidiendo...? ¿De esta manera? Ah, lo siento por no comprenderte —bromea con voz tranquila y una sonrisa enorme.
Intento mantener mi cara de enfado, pero he echado tanto de menos esa sonrisa y la paz que siempre me hace sentir, que no duro ni diez segundos en contagiarme.
—Vale, ahora en serio... —mascullo y desvío la mirada—. Lo siento por lo de la otra noche y por si te dije algo que te haya podido ofender, pero todo lo que te acabo de decir ahora es verdad. No he podido dejar de pensar en ti.
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No te enamores de mi. (NTEDM 1)
RandomElla es Nira, una conejera que trabaja por la mañana en La Toscana, un bar que le encanta con un jefe que adora aun más, y por la noche en La Loba del Desierto, otro local un tanto especial que la ayuda a olvidarse de sus problemas durante unas cuan...