Inesperadamente inesperado

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La tarde se hacía presente, y los jóvenes se encontraban ya cansados por su larga caminata, sin contar que uno de ellos cargaba peso extra con un muchacho en mal estado.

—NamJoon. Es mi turno de cargarlo —habló el castaño.

—Aún puedo seguir HoSeok, solo falta poco.

—NamJoon enserio, detente —suplico—. Ya es suficiente de tu terquedad.

Parecía que HoSeok se contenía en no enojarse con el moreno, pero lo que pedía se escuchaba con un leve tono de coraje. NamJoon se percató e ello y regresó hacia él.

—¿Hay algo que te moleste HoSeok?

—¿Tal vez tu constante terquedad? —dijo con inconformidad.

—Yo no soy terco. No e hecho otra cosa más que ayudar.

—Pues es precisamente ese asunto el que me molesta. Siempre estás ayudando a todos pero nunca dejas que alguien más te ayude. Hace unas horas quise que tomáramos un descanso para poder llevar yo al chico. Pero no. Te negaste y se muy bien que ya ni siquiera tienes fuerzas para seguir.

—No soy débil, puedo cargarlo todo el camino si es necesario. Ahora mismo el que necesita más ayuda es este muchacho.

—Por favor NamJoon. Deja de hacerte el fuerte ¿crees que no me he dado cuenta? Desde hace kilómetros vienes torciendo las piernas, y ni hablar de cuando te dan calambres.

NamJoon sintió como la cara le ardía de la vergüenza. Torcer las piernas ¿de verdad hacia eso?
Tenía algo de razón en lo que decía, si estaba un poco cansado pero aún así sentía que su cuerpo dotaría soportaba un poco más de presión, aunque no hablar de los calambres. ¿De verdad HoSeok noto eso también? Que gran amigo observado tenía el moreno.

—¿De verdad se tuercen? —preguntó avergonzado.

—Si, y mucho. Ni los ciervos recién nacidos hacen eso. Mejor cambiemos ya.

NamJoon solo asintió y se arrodilló en el suelo donde previamente HoSeok ya habían rendido un impermeable. El cambio no fue muy tedioso, el joven no pesaba mucho y no mostraba señales de estar incómodo. El camino se lo había pasado en silencio, simplemente dejándose llevar por NamJoon. Más tarde, después de un pequeño descanso el moreno cargo con las mochilas sobre sus hombros y siguieron caminado.

El atardecer seguí bajando y pronto el anochecer se haría presente. Lo pues de los jóvenes dolían, y mucho.
Tal era su cansancio que uno de ellos prácticamente caminaba ya con las rodillas y no con los pies.

Y justo en el momento que menos esperaban, escucharon un ruido que llamo su atención de inmediato. Era el sonido de la salvación. Los padres de HoSeok venían acercándose en su auto. Sin dejar pasar mucho, los chicos corrieron hacia ellos. Los padre de HoSeok parecían no entender la situación, sin embargo, no pasaron desapercibidos al chico que llevaban en la espalda.

—¡HoSeok! ¡NamJoon! —gritó exaltado DaeHyun.

—¡Papá!

Después de la contestación desesperada del castaño, DaeHyun corrió en ayuda de su hijo.

—¡Por dios! —Tomó entre sus brazos a TaeHyung y lo cargo hasta donde se encontraba el auto, justo en el asiento trasero donde su esposo ya había preparado una cama improvisada—. ¿Que sucedió?¿Quien es este chico?

—Tío. No sabemos, lo encontramos en la madrugada. Se encontraba herido, necesita urgentemente que lo atiendan en un hospital. Sus heridas son tan graves que podría contraer cangrena.

TERRANOVA -[Gay/Yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora