BinWae era sin duda alguna, en toda la extensión de la palabra, un hombre del sentir arisco. De carácter agrio, y semblante fuerte. Un hombre de difícil sometimiento. A sus setenta y algo de años, el hombre seguía viéndose tan fresco como el día en que era un militar. Por su formación severa durante los entrenamientos, se puede atribuir su actual goce de salud reflejado en su tonificado cuerpo envejecido al igual que su mentalidad poco moldeable ante la idea ajena o la opinión conjunta. Si, ese era Jeon BinWae; reconocido por su buena posición económico social. Nada pasaba por encima de él o, al menos eso le hacía pensar a los demás, inclusive, a su propia familia.Sentado ahí ahora, tratando de disfrutar uno de sus puros importados del extranjero. Sosteniendo con elegancia y porte una copa con el mejor vino que tanto le encantaba. Ahí, posando bajo la suave brisa que le regalaba la naturaleza de su jardín, en forma de gratitud por todos esos años de estar bajo su cuidado. No, no lo parecía, ni pretendía que a nadie le importase; pero BinWae era un secreto amante de la jardinería, y como todo lo bueno entre lo que sabía distinguir, le encantaba pasar las tardes de su vejez bajo la misma sombra de su árbol favorito. Ese árbol que alguna vez recuerda, plantó junto a su amada pareja. Esa pareja que se llevó los mejores años de la vida de Bin. Aquella que llego a entrometerse en su vida, a su corazón... pero no para quedarse.
El anciano tragó con amargura el vino que ahora le sabía agrio. Frunció el ceño, y tiro el contenido de la copa bajo el pie del árbol donde se acogía. Tocando con lentitud su rostro dejó escapar un pesado suspiro cargado de cansancio. El viejo Bin era uno de los tantos pocos ancianos de la guerra fría que amaba a su pareja, pero odiaba recordarla. Era solo extraño de pensarlo. Cansado de escuchar como sus camaradas presumían de sus matrimonios armoniosos y logros obtenidos. A él realmente le desagradaba. Todos no eran más que sofisticada basura humana enmascarando la verdad con excusas falsas e ideales reformadas. No era como que a el viejo Bin le importara en lo absoluto, pero no podía dejar de pensar en como sus "amigos" de negocios se divertían bebiendo y jugando al ping-pong mientras que sus parejas se sentaban tras de ellos exponiendo sus agolpados rostros, con la mirada gacha y los ojos vacíos. ¿Como lo sabía? Bin sabía muy bien que cuando alguno de ellos levantaba la cabeza, por mera orden de sus maridos, ninguno le miraba directamente a él. Sus ojos parecían tan vacíos, que ni el propio BinWae podía ver su reflejo en ellos... y lo odiaba. Odiaba a sus compañeros. Odiaba a los compañeros de sus compañeros. Bin inclusos se odiaba a si mismo, y a su pareja, y eso, le comía internamente todos los días.
Borro de su mente aquellos dolorosos recuerdos y miro sobre su hombro una pequeña hoja del árbol tan viejo como él; dejándose posar con tanta confianza sobre su caro traje italiano. Bin la tomo entre sus dedos observándola a detalle, notando como los bordes de la misma se mantenían manchadas de tonos cafés; característico de las venideras otoñales de la estación.
Con pasó lento, camino por el sendero de piedra hasta la entrada trasera de la casa en su prominente propiedad. La calma se presentaba en pequeños cantos de los ruiseñores quienes proclamaban por las hojas caídas de los arbolares y lloraban por el final de la estación veraniega. La tranquilidad viajaba por el aire, sedando de paz al hombre viejo dentro de la lúgubre mansión a la cual le hacía llamarle hogar.
Su voz rasposa e impotente se hizo presente por primera vez en el día, resonando pesadamente entre las paredes que le acunaban de la intemperie.
—Creo que la educación de los jóvenes va de mal en peor —río—. En el pasado, a las personas se les daba por proclamar su llegada antes de ser invitados a entrar en los hogares.
—Así como tomar decisiones importantes oculto de la familia. ¿Conoces el significado de eso, Bin? —contraatacó un hombre de cabellera platinada saliendo de una de las oscuras esquinas.
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TERRANOVA -[Gay/Yaoi]
Fanfic4500 D.C, año en que un letargoso virus mortal invadió el planeta entero sometiendo a su paso a millones de hombres y mujeres. El deceso de la mitad d ella población, las guerras por el poder y la lamentable forma en la que se sometió el mundo a un...