A Thousand Years

Capítulo 2

N/E: No hemos hecho más que empezar y nuestra querida vencedora vitalicia Sweet_AlwaysSVU ya esta pidiendo más y como no puedo negarme, aquí tenéis un nuevo capítulo, disfrutar. 😘💙😎

N/A: Gracias por los reviews :)!
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Cuando llego al lugar, me preparo mentalmente para lo que me espera allí. Las luces rojas y azules se reflejan en el cristal del taxi. Los coches patrulla ocupan parte de la calle. Y a pesar de la hora que es, varias personas se agolpan al otro lado del cordón policial, mientras un uniformado evita que vayan más allá.

Pago al taxista y me bajo del vehículo. Saludo a aquel agente uniformado que, al igual que yo, hacía poco había abandonado la academia y se había unido al equipo de Homicidios.

Yo no llevo el uniforme esta noche, pero eso es lo de menos.

Evito a todos los transeúntes agolpados allí y paso por debajo del hilo policial, subo los seis escalones que conducen a aquella casita adosada ubicada en el barrio de Brooklyn, el lugar del crimen.

En cuanto cruzo el umbral de la puerta me encuentro a mi padre, que me mira y desaprueba mi vestuario con la mirada, pero no hace ningún comentario al respecto. No es el lugar ni el momento.

Alzo la vista por encima del hombro de mi padre y veo un cuerpo tendido en mitad del salón de la vivienda. Alrededor del cadáver hay un charco de sangre. A pesar de haber sido una de las primeras de mi promoción, cuando tuve la oportunidad de asistir a la primera escena del crimen se me revolvió el estómago, tanto que vacié el contenido de éste.

Este momento es una sensación de la que nunca te desprendes, un sentimiento de respeto. Trago saliva antes de mirar a mi padre a los ojos.

-Necesito que vayas arriba – Dice él, apuntando con un dedo hacia las escaleras.

-¿Hay alguna prueba arriba? – Pregunto.

-No. Arriba hay una niña de cuatro años. Necesitamos que te ocupes de ella mientras nosotros trabajamos aquí abajo.

-Pero… - Voy a protestar. Me gustaría poder hacer algo más útil que hacer de niñera.

Mi padre me hace ver con la mirada que no va a admitir quejas en este momento. Aquí no es mi padre, sino mi jefe. Suspiro y me dirijo al piso de arriba.

Parece una casa lujosa, con una decoración clásica.

Camino hasta el único dormitorio en el que hay luz, al fondo del pasillo. A medida que me acerco, el llanto de aquella niña se hace cada vez más fuerte.

Un nudo se instala en mi estómago.

Toco la puerta con los nudillos antes de abrirla del todo.

La detective Robbins, que lleva varios años en el cuerpo, alza la cabeza en cuanto siente mi presencia.

-Beckett, menos mal que estás aquí – Dice, aliviada – Yo seré más útil abajo. Además, los niños no se me dan muy bien.

Y el tacto tampoco, pienso yo mientras asiento levemente. Me acerco a la cama cuando la Detective Robbins se marcha del dormitorio. El cabecero es de color blanco mientras que la colcha es rosa, igual que el papel de las paredes de la habitación.