Capítulo 25

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Castle

Cuando regreso a comisaría al día siguiente encuentro a Kate en el despacho de Montgomery, por lo que espero pacientemente fuera hasta que ella salga.

En realidad estoy nervioso. Después de lo ocurrido anoche en la cocina de mi casa no sé cómo actuar con Kate, o como ella va a actuar conmigo. ¿Estará enfadada? Tal vez por eso esté hablando con Montgomery, tal vez le está pidiendo que me marche.

Lo descarto cuando la observo sonreír y colocarse un mechón de pelo detrás de la oreja.

No he dejado de pensar en ella en toda la noche.

Ni en Gina. Me odiará si se entera de que he besado a Kate. Aunque no me importa realmente, entre Gina y yo no hay nada demasiado serio, a excepción de mi contrato laboral.

También he pensado en Alexis y en por qué nos dejó a Kate y a mí a solas. Por supuesto conozco su calendario escolar y esta semana no tiene ningún examen, lo de que tenía que estudiar fue simplemente la excusa que utilizó para dejarnos a solas.

Me tenso cuando la puerta del despacho improvisado de Montgomery se abre y de él sale Kate.

Nos observamos mutuamente durante unos segundos y después ella camina hasta el escritorio de Esposito, donde deja un par de papeles. Yo la sigo y ella carraspea antes de hablar.

-Voy a ir a ver al padre de Alison Tisdale, ¿te vienes?

Me limito a asentir, sorprendido pero al mismo tiempo relajado porque ella no haya cambiado su actitud. Al menos no para mal.

Mientras Kate interroga al señor Tisdale, yo me muevo por el despacho de éste observando los detalles. Mi trabajo consiste en eso porque los detalles muchas veces te cuentan más de la historia que los propios personajes.

-¿Conocía Alison a alguien que se podría haber beneficiado de su muerte? – Pregunto después de un rato, ganándome una mirada por parte de Kate.

-Señor Castle, yo soy rico, pero mi hija no lo era. Ella aborrecía el dinero, lo poco que tenía lo donaba a obras de caridad.

Kate cierra su libreta y agradece al señor Tisdale por habernos atendido, sin embargo yo todavía no estoy listo para que nos marchemos. Todavía hay varias preguntas sin respuesta.

-Señor Tisdale, la revista "Fortuna" estimó que su patrimonio está cerca de 100 millones de dólares. ¿Es eso cierto?

Casi puedo sentir las ganas de Kate de taparme la boca y sacarme de allí a la fuerza, pero prefiero arriesgarme. Además en depende qué circunstancias eso podría incluso ser placentero.

Me fijo además en la forma que el señor Tisdale tiene para rascarse la cabeza sin que se le note que lleva peluca.

-No lo compruebo a diario – dice él tratando de ser modesto.

-Pero más o menos…

-Sí. Soy afortunado.

-Gracias por su tiempo – Interviene Kate agarrándome del brazo y tirando de mí hacia la salida.

-¿Y qué pasa con todo ese dinero si a usted la pasara algo? – Pregunto escapando de su agarre a pesar de que ella intenta detenerme.

-La mitad iría a fundaciones de caridad, y el resto a mis hijos. Quiero decir… a mi hijo.

-Gracias.

Esta vez soy yo quien, satisfecho, me dirijo hacia la salida y Kate me acompaña.

-¿A qué ha venido eso? – Pregunta cuando salimos a la calle.

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