Capítulo 24

190 20 6
                                    

N/E: Creo que con este capítulo algunas se van a alegrar un poco pero por si acaso yo recomiendo que no lo celebréis mucho todavía no vaya a ser que luego os llevéis una decepción. 😘💙😎
.
.

Kate

Mi corazón late acelerado cuando mis dedos recorren la superficie de ésa caja blanca con detalles en color azul.

Después de desayunar he venido a comisaría con la excusa de despedirme de Montgomery (ayer no tuve la oportunidad de hacerlo) y ahora que el caso está cerrado no hay motivo para que yo continúe viniendo a la doce.

Sin embargo, la verdad es que no he podido pegar ojo en toda la noche. He estado dándole vueltas a cada detalle del caso y creo que hay algo que se nos escapa. Por eso, quería echar un vistazo de nuevo a los informes.

Iba a hacerlo cuando Ryan me ha informado de que Castle había estado esta mañana y había dejado un paquete para mí, el mismo que ahora sostengo en las manos.

Ayer no terminamos muy bien, y lo cierto es que no me esperaba que me hiciese un regalo.

Retiro la tapa de la caja y descubro la última novela de Richard Castle, en exclusiva y con una dedicatoria en la primera página. Me sonrojo levemente cuando leo las líneas escritas de su puño y letra, aunque se trate de una dedicatoria simple que hubiese podido dedicar a cualquiera.

Y de pronto algo hace clic en mi cabeza.

Salgo corriendo hacia el escritorio de Ryan y, sin pedirle permiso, abro la carpeta con los archivos del caso de ayer, comprobando que la mayoría de los informes han desaparecido.

-¿Cómo ha sido capaz? – murmuro para mí bastante molesta.

Tras haber hablado con Martha Rodgers, quien se ha visto gratamente sorprendida por mi llamada, ésta me ha indicado dónde se encontraba su hijo.

Por eso ahora empujo con fuerza las puertas de la biblioteca, dispuesta a darle una lección.

-Richard Castle, estás bajo arresto por delito de robo y obstrucción a la justicia – le digo alzando la voz cuando lo encuentro de espaldas a mí sobre una de las mesas de la biblioteca.

Sobre ella están esparcidos todos los informes que se ha llevado de comisaría.

-Olvidaste también "por hacerte quedar mal" – dice él pavoneándose de la situación.

Me inclino peligrosamente sobre él y le hablo en un tono más bajo.

-¿Sabes? Por un momento cuando vi el regalo me hiciste creer que habías cambiado.

Él sigue mi mirada con sus intensos ojos azules.

-Esposadlo – les doy la orden a los agentes que me acompañan – Y no hace falta que seáis delicados.

-Por cierto – dice mientras los agentes se lo llevan esposado – las rosas del asesinato de Alison Tisdale, son grandiflora, no híbridos.

-Lo anotaré - ruedo los ojos mientras recojo todos esos informes.

-Sí. Deberías, ya que eso significa que Kyle Cabot es inocente.

Cuando las puertas del ascensor de comisaría se abren minutos después, y veo ese cabello cobrizo, esos ojos de color azul y ésas pequitas sobre su cara, siento cómo mis pies se pegan al suelo de la comisaría y yo soy incapaz de moverme, e incapaz de apartar la mirada de ella.

Alexis camina junto a su abuela, Martha, quien parece conservarse igual de bien que hace nueve años. Sin embargo, el paso del tiempo por la joven es bastante evidente. No puedo evitar fijarme en su larga melena y los rasgos definidos de sus facciones, en contraste con el recuerdo de aquella niña a la que la melena le llegaba sobre los hombros y tenía una cara redondeada.

A Thousand YearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora