N/A: Gracias por las reviews y por seguir apoyando la historia de una serie ya acabada. Se agradece infinitamente!
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Estoy sentada en el comedor, observando la taza de té que reposa todavía humeante entre mis manos. Apenas he podido dormir durante la noche debido a todos los pensamientos que martillean mi cabeza con fuerza, así que he decidido bajar y prepararme una taza del té que mamá guarda en la repisa de la cocina. A pesar de que yo siempre tomo café, he pensado que si a mamá le funciona el té, tal vez consiga el mismo efecto conmigo.Cuando caminaba por el pasillo no he podido evitar pararme frente a una de las placas de papá que él mismo colocó en ésa pared, dedicada al honor y al sacrificio que supone nuestro trabajo. Y no he podido contener las lágrimas.
Después he decidido que no voy a continuar llorando, ya que no hay motivo para hacerlo. En un rato volveré al hospital y obligaré a mamá a que venga a casa y descanse un rato. Yo puedo quedarme con él esta noche.
Unas pisadas en el piso superior captan mi atención y apenas unos minutos después alguien aparece en el comedor.
—Hola.
Es Luka.
Abre el frigorífico y se hace con una botella de leche que después vuelca sobre un vaso. Se sienta a mi lado y observa fijamente el vaso, de la misma manera que yo hago con mi taza de té.
Por un momento siento una especie de conexión con él, como si ese lazo invisible que nos une hubiese empezado a cobrar vida. Incluso considero la posibilidad de tratarlo como a un hermano, aunque no sabría muy bien cómo hacerlo.
Lo observo y me fijo en que lleva un pijama con un estampado de Batman en el pecho, y su pelo está completamente despeinado. Al menos él parece haber descansado, aunque no parece menos preocupado que yo.
—Te llevaré al colegio y después…
—No — Dice rotundo, casi rozando el tono de súplica — Quiero ir al hospital.
Suspiro y masajeo mi frente, pero asiento finalmente. Supongo que no puedo negarle eso. Papá salvó a Luka de ingresar en el sistema de los servicios sociales o incluso de ser devuelto a su país con algún familiar lejano que se ocupase de él; es normal el vínculo que mis padres y él han creado, y en cierto modo me reconforta, aunque yo siempre me haya mantenido fuera de ése vínculo y estuviese en contra del mismo, por razones diferentes.
—Está bien, entonces será mejor que nos preparemos.
Unos minutos más tarde, Luka y yo entramos en el garaje y nos subimos al todoterreno de papá. Normalmente solo lo utiliza para hacer escapadas los fines de semana a la casa que él y mamá compraron en la montaña hace unos años, mientras que en la ciudad suele moverse en taxi o en metro.
Pero hoy he decidido que no me apetece coger un taxi, ni mucho menos subirme en el metro a hora punta, por lo que el todoterreno es ahora la mejor opción. Si nos damos prisa seguramente evitaremos el agobiante tráfico que azotará a Manhattan durante las próximas horas, como cada día.
Abro la puerta del garaje y pongo el vehículo en marcha.
Luka y yo apenas intercambiamos unas palabras durante todo el trayecto hasta que llegamos al Presbyterian Hospital y cuando recorremos los pasillos, lo hacemos también en silencio. No es un silencio incómodo, sino que ambos parecemos habernos acostumbrado ya a la presencia del otro y haber hecho las paces con eso.
El movimiento por los pasillos a estas horas de la mañana es casi nulo, a excepción del personal sanitario y algún que otro paciente. Nos acercamos al mostrador y le facilito mis datos a la mujer que se encuentra tras el escritorio de admisión.
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A Thousand Years
FanfictionKate es una chica de veinte años, acaba de comenzar a trabajar en la policía de Nueva York, bajo las órdenes de su padre, el Capitán Jim Beckett cuando Richard Castle aparece en su vida en una extraña circunstancia: el asesinato de Meredith Castle...