¡¿Por qué el cable del Mouse ya no está donde lo dejó Carlos?!

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Me levanté del escritorio para cambiar el mouse de puerto, pero me dí cuenta que estaba conectado de nuevo en el puerto que Carlos me había dicho que tenía corto. Nuevamente, un ya no tan fugaz escalofrío, recorrió mi cuerpo, y pensamientos acalorados se posaron en mi cabeza: tal vez Carlos estaba oculto en algún sitio, tal vez no había salido del apartamento y por eso no lo ví en el corredor cuando salí a buscarlo... ¿pero qué objetivo tendría ocultarse tanto tiempo? Quién sabe, existen locos de locos por ahí sueltos.

Llamé a mi única amiga, Tatiana, mientras encendía las luces y mi corazón latía apresuradamente. Comencé a revisar cada rincón del apartamento.

—¿Tatiana?

—Hola Camila. ¿Cómo estás?

—No muy bien...

—Y eso... ¿Qué te pasa, amiga?

—Estoy muy asustada...¿Puedes venir a quedarte esta noche? Yo te pago el taxi.

—Mmm No sé. No creo que mi hermano me deje salir a esta hora. ¿Por qué no vienes tú?

En ese momento abrieron la puerta del apartamento. Pegué un grito y boté el celular al piso. 

Antes de la TragedíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora