El Regreso Del Demonio

1. La puerta

Lucy

Mi nombre es Lucy Heartfilia, soy una maga celestial del gremio Fairy tail. Mi sueño siempre había sido entrar aquí, y a pesar de que no fuera exactamente lo que esperaba, no podría ser más feliz en otro lugar. Todos son muy buenos conmigo y también hay magos muy poderosos, aunque la mayor parte del tiempo se lo tomen todo a la ligera. De igual forma, es parte de lo que hace especial a Fairy tail.

Ahora mismo me dirijo hacia el gremio, no puedo esperar para ver a Erza y Gray, son mis mejores amigos y me encanta estar con ellos, siento que cuando están a mi alrededor todo es mucho mejor, y desde luego no me puedo olvidar de Happy, adoro a ese gato azul, me parece lo más lindo que haya visto, aunque si lo digo de seguro no me dejarán en paz en el resto de mi vida.

Me pregunto si ya decidieron que misión tomar, ya tengo que pagar la renta y no estoy muy bien en estos momentos en ese sentido.

Cuando me doy cuenta ya he llegado al gremio, creo que me perdí en mis pensamientos durante todo el camino. Poniendo eso de lado, me las arreglo para poner mi mejor sonrisa para el momento en que abro la puerta.

—Buenos días— digo, me quedo completamente desconcertada al ver la escena que tengo frente a mí. Probablemente no lo creería si no lo viera con mis propios ojos.

Este no es el gremio que conozco, estos no son los magos que se emborrachan, festejan y hacen destrozos a cada que tienen la oportunidad. El lugar se ve... deprimente, todos están en silencio, casi como estatuas, uno que otro me dedica una mirada vacía solo para volver inmediatamente a la posición en la que estaban. No puedo evitar pensar que algo terrible ha ocurrido.

—Hola, Lu-chan— saluda Levi, hace un intento de sonrisa, pero éste le sale fatal. Acto seguido continúa su camino hacia la mesa en la que están Jet y Droy.

Busco con la mirada entre las caras que me rodean, y en el centro consigo encontrar a Gray y Erza, los cuales parecen estar en el mismo estado que todos los demás. Lo único que se me ocurre hacer es ir hacia ellos y sentarme allí, finalmente sale la pregunta que he estado guardando desde hace ya un rato.

—¿Qué es lo que pasa? — pregunto con un hilo de voz, en ese momento las miradas tristes y algo preocupadas de mis amigos se posan sobre mí. Es hasta entonces que noto a Happy, quien no deja de mirar hacia abajo.

—Natsu...— su voz es un susurro tembloroso, podría jurar que está a punto de llorar y eso me rompe el corazón. Parece que iba a decir algo más, pero es interrumpido.

—Happy— dice el mago de hielo con aire reprobatorio mientras niega con la cabeza.

—Gray, hay que decirle tarde o temprano— es el turno de Erza para hablar.

—Lo extraño mucho—Happy deja que caigan unas cuantas lágrimas, quiero tomarlo en mis brazos y sostenerlo hasta que esté mejor, pero no sé qué tan prudente sea en este momento.

—Pues ya escuchaste al anciano, no va a volver y no podemos hacer nada al respecto— Gray suelta con dureza, causando que el llanto de Happy incremente.

—Sabes lo duro que esto es para todos, así que deberías dejar de actuar como un cretino hacia él al menos por hoy— Erza interviene, trata de ser dura, pero parece que de cierta forma le duele hablar del tema.

—¡Me da igual, si van a comenzar con esto yo me largo! ¡No quiero saber nada sobre ese idiota!

— ¡Gray! — de repente la atención se centra en la pequeña figura de la que provino el sonido. —Puedes hacer tu rabieta infantil, pero aquí no, hoy no.

Luce completamente enojado, aprieta sus puños, algunas venas se le marcan y podría jurar que la temperatura ha bajado varios grados en cuestión de un segundo. A pesar de esto parece seguir consciente, obedece al maestro al cabo de algunos momentos tensos, se va del gremio hecho una furia, azotando la puerta con tanta fuerza que temo que se haya roto.