El Regreso Del Demonio

21. Culpa

Natsu

Pasan varios segundos y no dice nada. Supongo que luego de ese espectáculo de hace un rato, debe confundirle que pida algo así.

—¿Cuál es el truco? — pregunta, desconfiado. No me pasa desapercibido que no se mueve del lugar en el que está.

En cuanto levanto la mano, todo su cuerpo se tensiona, y parece prepararse para un ataque, por esto reduzco la velocidad, mientras consigo tocar el libro que me ha causado tantos problemas. Ese que he tenido conmigo desde que desperté en aquella celda hace tanto tiempo. Lo sujeto con fuerza antes de arrojarlo a sus pies.

—No hay truco. Solo destruye ese libro, y será el final para mí— respondo con una calma inesperada, aún sin levantar la cabeza. No me atrevería a verlo a los ojos en este momento.

A pesar de que no lo veo, puedo notar que no me quita los ojos de encima mientras se agacha lentamente para recoger el objeto. Momentos después, crea un cuchillo de hielo en su mano antes de clavar su punta en la portada. En ese mismo momento puedo sentir como si me lo estuviera enterrando directamente, incluso se ha abierto una herida en mi pecho de la que comienza a salir sangre. Espero que siga, que termine con esto, pero no lo hace. En su lugar, dejo de sentir esa punzada de un momento a otro.

—Es real— dice, aparentemente más para sí mismo que para mí. —¿Por qué me pides esto? ¿Qué es lo que pretendes?

—Es lo mejor para todos— suelto de una vez.

—Explícate—. Hay algo diferente en su tono, tal vez un poco, solo un poco más calmado.

Inhalo y exhalo profundamente antes de contestar a eso. Ya me costó bastante tomar esta decisión, no debo parecer inseguro ahora.

—Tenían razón... todos ustedes tenían razón sobre mí—mi voz suena enronquecida, como si pudiera quebrarse en cualquier momento, pero no me importa, solo continúo. —He hecho todo de lo que me acusaron, y lo peor es que lo disfruté. Lo disfruté de una forma retorcida y enfermiza— hago una pausa. —No es seguro para los demás que yo siga vivo, no sé en qué momento pueda volver a perder el control. Destruiría el libro yo mismo, pero no soy capaz de hacerlo, incluso fracasé en eso. La única otra cosa que te pido es que ayudes a Lucy, sé que lo harías mucho mejor que yo.

Una vez más, se hace el silencio. Me pregunto por qué no solo acaba conmigo, debería odiarme a muerte para este momento.

—Dime, ¿algo de lo que pasaste con nosotros fue real, o todo fue un simple engaño?

En verdad no tengo idea de lo que pueda estar pasando por su cabeza, pero, en cualquier caso, ya no tengo nada que perder, solo le diré la verdad.

—Todo fue real— digo, y luego lo veo directamente por primera vez desde que llegó. Siento que los ojos me pican con lágrimas apunto de derramarse, sin embargo, no me permito derramar ninguna. La expresión de Gray es incrédula y precavida, no lo culpo por eso. —Hasta ese día, nunca supe lo que era. Toda mi vida pensé que era humano. Es tu decisión creerme o no.

Él me mira fijamente, como si intentara encontrar algo en mi expresión que indicara que miento. Además de esto, sujeta el libro en su mano con tanta fuerza que las puntas de sus dedos se han puesto blancas. Viendo que, aparentemente tiene alguna clase de conflicto que desconozco, decido seguir.

—No tienes que pensarlo, eso ya no importa. Lo único importante para mí son Lucy y Happy, pero ambos deben odiarme ahora. Le había prometido a Lucy que la protegería, pero no pude hacerlo. Para ser preciso, no pude protegerla de mí mismo— vuelvo a bajar la mirada, en verdad soy lo peor. —Gray, solo mátame, te lo supli...