El Regreso Del Demonio

15. Favorito

Natsu

—En verdad espero que sea como dices— digo, algo perdido en mis pensamientos. —No quiero decepcionarlos.

¿Qué me pasa? No debería decir estas cosas en voz alta, pero por alguna razón sentí que no estaba mal por un momento. Quisiera retractarme, pero ya no puedo.

Por instinto, aparto la vista, y en eso termino poniendo mi atención en algo que no había notado hasta ahora. Me causa curiosidad, así que me acerco a ver con detenimiento la imagen que tengo en frente, una representación de Zeref. No es una pintura o una estatua, es algo extraño, es idéntico a él, pero sé que solo es un cascarón vacío.

Es hasta ahora que me pregunto: ¿En verdad sería capaz de matarlo?

Sé que ya no es al que conocí, y ha causado incontables muertes, pero al final, sigue siendo mi hermano, además de haberme traído de nuevo a la vida. Sería divertido pelear con él si no fuera nada serio, solo para comparar fuerzas, pero en el fondo sé que eso nunca pasará, la próxima vez que nos veamos, seguramente tendremos que luchar a muerte.

—Usted siempre fue el favorito de Zeref-sama— la voz de Seilah a mi lado me trae de nuevo a la realidad, causando que mi mirada se pose en ella.

—¿Lo conociste? — pregunto, la verdad no tengo idea de la relación que pudieron tener los demás demonios con Zeref.

—Solo por un tiempo muy corto— mira con atención el rostro de la réplica del mago oscuro. —Lo que tardó en comprender que yo no podría cumplir su deseo, o al menos no por mi propia cuenta— hace una pausa prolongada. —Pensé que no podría ser útil, que mi existencia ya no tenía sentido, eso fue lo que creí hasta que me enteré de que usted estaba formando un gremio. Entonces volví a tener un propósito, y por eso siempre le estaré agradecida. Yo soy la que espera no decepcionarlo, END-sama.

La expresión que tiene no demuestra nada, sin embargo, la forma en la que lo dice me hace querer confiar en cada una de las palabras que pronuncia. No hay duda en ellas, tampoco intenciones ocultas, es completamente sincera. Por otro lado, me siento un poco mal. Realmente yo no tuve nada que ver con la creación de Tártaros, así que no es correcto llevarme el crédito por eso. Aun así, puedo aprovechar este momento para acercarme un poco más a ella.

—Natsu.

—¿D-disculpe? — tartamudea, algo confundida.

—END viene de Etherias Natsu Dragneel. Está bien que me llames Natsu, al menos cuando estemos solos. Es menos formal que "END-sama", y lo prefiero así.

Sé que estoy entrando en terreno peligroso, tal vez me estoy apresurando, tal vez le estoy dando demasiada confianza, tal vez me arriesgo demasiado con esto, pero debo hacerlo si quiero avanzar. Además, al menos ella ya me ha descubierto, sabe que no soy como creía que aparento ser.

Parece dudarlo por algunos segundos, pero finalmente asiente antes de decir: —Si eso es lo que desea, lo haré, Natsu-sama.

Aparece una sonrisa que no puedo reprimir al notar que no deja de usar el honorífico. Esta chica es incorregible, pero de alguna forma me transmite algo positivo.

De inmediato, alcanzo a ver un leve rubor en sus mejillas y un extraño brillo en su mirada, así que no tardo en preguntar: —¿Ocurre algo?

—Es solo que... esta es la primera vez que lo veo sonreír— dice, un poco avergonzada. —Le sienta bien.

Su comentario no podría tomarme más desprevenido. Para comenzar, tenía entendido que ella era uno de los miembros más fríos del gremio, entonces no entiendo a qué viene esta forma de actuar.