El Regreso Del Demonio

10. Recuerdo

Natsu

Sería una mentira decir que no lo disfruté, porque, de hecho, hace bastante no me había sentido tan bien. Lo único que me deja un mal sabor de boca es que no ha sido suficiente, eso fue demasiado fácil, necesito más, debo encontrar algo más que destruir o voy a enloquecer.

Tanta energía, tanto poder, luego de ver cómo es liberarlo un poco, solo quiero desatarlo por completo, sería un desperdicio solo guardarme esto sin hacer nada.

Entonces veo los cuerpos frente a mí. Mi ataque no ha tenido la fuerza suficiente para matar a nadie porque así lo quise, tan solo están inconscientes. Sin embargo, ahora comienzo a considerar darles el golpe de gracia, después de todo, ¿Quién los extrañará? Son solo criminales de un gremio oscuro, además que no puedo perdonarles por lo que le hicieron a Happy con tanta facilidad.

Levanto mi mano, y con esto confirmo que aún manejo los restos de llamas que siguen ardiendo en diferentes puntos. Involuntariamente una sonrisa torcida se forma en mis labios, mientras que vuelvo a tomar mi forma de demonio una vez más, al mismo tiempo que el fuego se torna negro.

Estoy por acabar con esto con un solo ataque, pero de repente es como si un interruptor se accionara en mi cabeza, con lo cual, la sonrisa que tenía se borra de golpe para ser reemplazada con un gesto de horror puro.

¿Qué es lo que estoy haciendo? ¿En qué rayos estaba pensando?

Sin que pueda evitarlo, todo mi cuerpo comienza a temblar, ¿qué es lo que ocurre conmigo? En verdad estuve a punto de matar a esas personas.

De un momento a otro comienza a dolerme la cabeza de forma insoportable, no puedo reprimir un quejido a la vez que llevo las manos a la cabeza, dejándome caer de rodillas. Mi mente ahora está completamente nublada, no puedo pensar claro, pero, aun así, tengo muy claro lo que casi hago hace pocos segundos.

Sí, me detuve a tiempo, pero eso fue solo esta vez ¿Qué pasaría si a la próxima no consigo contenerme lo suficiente?

Sé que a estas personas no podría llamárselas buenas, pero de igual forma no considero que merezcan la muerte, no soy nadie para decidir eso. Me aterra pensar que después no pueda controlarme, que haga algo terrible de lo que seguramente me arrepienta cuando vuelva a entrar en razón, pero lo que más temo es hacer algo así y no arrepentirme, lo que más me asusta es convertirme en un demonio verdadero y despiadado, en un monstruo, si es que no lo soy todavía.

—Natsu... — la voz preocupada de Lucy me trae de nuevo a la realidad. En cuanto la escucho, el dolor se va de inmediato. —¿Estás bien?

No, no estoy bien, hace mucho tiempo que nada con respecto a mi vida está bien, por mucho tiempo solo quise terminar con esto sin poder hacer nada al respecto, y ahora creo que podría perder el control en cualquier momento, ¿algo más? Ah, sí, hace pocos minutos estuve a punto de hacer la estupidez más grande posible, y me arrepentí en el último momento porque soy un maldito cobarde, y ahora no puedo sacármelo de la cabeza. Fuera de eso, todo está bien.

Respiro hondo un par de veces para calmarme, no quiero que se estén preocupando por mí, en especial Lucy, no hay ninguna razón por la que ella deba cargar también con mis problemas.

Antes de encararlos, siento la necesidad de regresar a mi forma humana. Cuando lo hago, también desaparecen las flamas negras que ya eran insignificantes. También me aseguro de dejar de temblar y poner mi mejor sonrisa para disimular cuando contesto: —Sí, por un momento me dolió la cabeza, pero ya pasó—. Técnicamente no es del todo una mentira, pero soy consciente de que sigue estando lejos de ser la verdad. Luego de terminar aquella oración, me pongo de pie y me dirijo a Happy. Visualmente no tiene ningún daño, pero igual quiero preguntar para asegurarme. —No te hicieron nada extraño, ¿o sí?