2. Demonio

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Lucy

Una vez más siento aquel increíble poder mágico de antes cuando el chico del rincón de la habitación se pone en pie y se acerca. Se detiene a pocos centímetros del espejo por culpa de una cadena que lo sujeta del tobillo, la cual no había notado antes.

La ropa que tiene está bastante gastada, excepto por una bufanda blanca que parece estar hecha de escamas. Sin embargo, lo que trae puesto deja de importarme por completo cuando lo detallo mejor. Lo primero que noto es que de su cabellera rosa salen dos cuernos del mismo color de la puerta, y que detrás de él hay una cola que se mueve de un lado a otro, además de un par de enormes alas que permanecen estáticas.

—¿Cómo entraste aquí? — pregunta con la cabeza inclinada, viéndome con curiosidad. No tengo aliento, no soy capaz de decir una palabra ¿Él es quien desprende este poder? además de eso ¿Él es quien dejó así el lugar en el que está? —Oye, te estoy hablando ¡Responde! — su voz truena en la habitación.

Tengo miedo. Este poder y su apariencia, también parece que está de mal humor. No puedo seguir aquí, no quiero seguir con él.

Lo miro por última vez a sus ojos verdes enojados antes de salir a toda velocidad.

—¡No, espera! No te vayas — lo escucho a mis espaldas, pero no me detengo. Un golpe a lo que creo es uno de los muros y una maldición de su parte es lo último que oigo antes de volver a cerrar la puerta.

Tengo el corazón a mil, me arrepiento por completo de haber entrado allí. De cualquier forma ¿Qué hace esto aquí? Nunca antes había visto esta puerta, y mucho menos a ese chico. Nada de esto tiene sentido.

No me había dado cuenta de la hora, cuando miro el reloj ya es cerca de la media noche.

Ya lo decidí. Iré a dormir y mañana le diré a los demás lo que pasó, seguramente alguien pueda darme una explicación.

~°~

No pude descansar casi nada anoche y tengo unas profundas ojeras que lo prueban. Salí de casa al gremio prácticamente cuando amaneció y desde entonces he estado esperando a que los demás lleguen. Ya llevo tres horas, tal vez debí tomármelo con un poco más de calma.

Da igual, al menos puedo ver que todo volvió a la normalidad por aquí.

—¿Lucy, estás bien? Te ves cansada— pregunta Mirajane con una mirada de preocupación.

—No es nada, solo tuve problemas para dormir anoche.

Ella me estudia con la mirada, como si no me creyera —Si eso dices, está bien. Pero recuerda que debes descansar bien.

—Lo tendré en cuenta, gracias Mira-chan— entonces Erza entra y se sienta junto a mí, pidiendo un pastel de fresa.

—Buenos días Lucy— se dirige a mí, sonriendo. Parece que ella también está como siempre.

—Buenos días Erza. Esto... ¿Te puedo pedir algo?

—Seguro ¿Qué es? — Mirajane se acerca con una rebanada de pastel y la pone junto a la maga pelirroja, la cual lo ve por algunos segundos con los ojos brillantes y una sonrisa antes de probarlo. —Es perfecto.

Suelto una pequeña risa al verla antes de contestar —¿Podrías ir a mi casa más tarde? Es que hay algo sobre lo que quiero hablar con ustedes, pero necesito que lo vean. También me gustaría que vaya Gray.

—Y-ya veo. Así que quieres que un hombre vaya a tu casa— dice realmente sonrojada ¿En qué rayos está pensando?

—No creo que sea lo que estás pensando, pero ¿Qué dices?

El Regreso Del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora