Los noticias corrían rápido, era lunes por la mañana y la mayoría de los estudiantes de la preparatoria ya estaban enterados de la ruptura de la pareja modelo, sin embargo las razones del por qué todavía no estaban claras, muchos decían que Priscila simplemente se había conseguido a un mejor prospecto, algunos otros afirmaban que la rubia solo estuvo con él para conseguir la corona como reina del baile, cualquiera de las dos teorías posicionaban a Priscila como la mala del cuento, no obstante también existían unas cuantas personas que creían en lo que realmente había sucedido, la infidelidad de Loan. Para todos esta era la teoría menos aceptable, Loan era el chico más dulce de la escuela, todo un caballero, era imposible imaginarse que él la había engañado con alguien más, sin embargo ya lo había hecho y tarde o temprano todos se iban a enterar de la verdad, eso es lo que siempre pasa cuando la gente está ansiosa por conseguir respuestas, terminan consiguiéndolas.
Mientras Priscila caminaba por los pasillos del colegio las personas murmuraban a su alrededor, en realidad a ella no le importaba demasiado, se había dedicado todo el fin de semana a convencerse de que iba a estar bien, de que ella no había hecho nada malo y mucho menos que todo aquello no fue su culpa.
No era la primera vez que a Priscila se le adjudicaban cosas que no había hecho, pero sobre todo tampoco era la primera vez que la gente hablaba mal a sus espaldas. Siendo una de las chicas más populares de la escuela era de esperarse que todos los ojos se mantuvieran en ella, muchas personas solo esperaban el momento de verla fallar para poder humillarla, no obstante ella sabía cómo manejar las cosas.
—Pris —llamó Catalina, una de sus mejores amigas, su mano derecha, mientras se unía a su caminar—, acabo de enterarme, de verdad lo siento.
—Lo pasado, pasado —citó Priscila, tratando de sonar convencida de lo que decía—. Ahora tengo otras prioridades.
—Lamento no haber estado allí en esos momentos, mi padre quería que lo acompañáramos, ya sabes, "un viaje familiar", quiere arreglar las cosas con mi madre. —contó su amiga, rodando los ojos.
—Cat, deberías dejar que lo intente.
—Como sea —dijo ignorando el consejo—. Dime exactamente qué fue lo que pasó con Loan, he escuchado varías teorías, pero algo me dice que ninguna es cierta.
—Me engañó, con Camila Lloret —admitió Priscila, mientras ambas entraban al salón que les correspondía.
—¿Camila Lloret? —cuestionó Catalina, sin saber exactamente a quién se refería—. ¿Es la misma chica que usa aquellos horribles suéteres todos los días?
—La misma.
—No puede ser, ¿acaso estaba borracho cuando lo hizo, cómo pudo cambiarte por alguien así? —apoyó la pelirroja, en un intento de consolar a Priscila.
—Solo olvídalo, no vale la pena hablar de eso —pidió la rubia mientras se acomodaba en el pupitre que le pertenecía.
—¿Vas a dejar las cosas así? —al no obtener respuesta ella siguió hablando—. ¿Dónde dejaste a mi mejor amiga, dónde está Priscila Benzal, aquella chica que no se deja intimidar por nadie y mucho menos humillar?
—Escucha, voy a hablar con ella —admitió Priscila, con una misteriosa seriedad.
Catalina no tuvo mucho tiempo para responder a la extraña pregunta de su amiga, ya que la maestra entró sin previo aviso al salón de clases, inmediatamente dejó sus cosas en el escritorio que tenía enfrente y se limitó a empezar la clase.
Priscila no tenía cabeza en esos momentos para otra cosa, no dejaba de pensar en la traición de Loan, nunca había tenido una experiencia similar, ninguna de sus relaciones anteriores había terminado por aquellas causas. Sabía que tenía que seguir adelante, pero no era fácil, tal vez él no era el amor de su vida, sin embargo sí lo había querido y ella le había sido fiel desde un principio, no obstante él no pudo corresponderle como hubiera esperado.
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Persiguiendo la popularidad
Novela JuvenilPriscila tenía la vida ganada, o al menos hasta que terminara la preparatoria. Físico envidiable, calificaciones perfectas y por novio al chico más deseado por todas sus compañeras. Camila, por otro lado, era la chica buena de la historia. Nunca sal...