Tercera carta

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Seungcheol llegó al instituto algo molesto. Presentía que iba a haber otra carta y saber que le iba a poner de mal humor le ponía de mal humor.

Al llegar a su taquilla se dio cuenta de que un par de chicas le estaban mirando desde la puerta de su aula y se lo estaban comiendo con los ojos.

Pobres, aún tenían esperanza en su inexistente heterosexualidad

Abrió su taquilla y dos papeles cayeron de ella.
Recogió los dos y vio lo que eran. Uno era la carta del día (ya se la esperaba) y la otra era la del día anterior.
Estaba arrugada y algo sucia por haber estado en la papelera, pero era esa. Incluso la abrió para comprobarlo y si.

Ese capullo había metido la mano en la basura solo para coger la maldita carta. Incluso olía a la piel de plátano que alguien había tirado el día anterior.

La volvió a dejar en la taquilla con asco y leyó la otra.

"Te odio.

Odio que me subestimes así.

¿Tiras mi carta? ¿Tan poco crees que vale?

Odio como menosprecias el odio de los demás."

Soltó una carcajada y dejó la carta en su taquilla.

Aunque tenía un poco de razón. Si realmente había alguien que le odiaba tanto, él no debería tomárselo a broma. Aunque si lo hacía se estaría burlando de alguien que le odia así que no estaría tan mal, pero al mismo tiempo provocaría más odio y sería contraproducente, por lo que si que estaría mal.

Por suerte las risas de las chicas que le miraban le sacaron de sus pensamientos filosóficos. Algo confundido, agarró sus libros y se dirigió a clases.

***

Seungcheol se llevó una grata sorpresa al entrar a clases y encontrar a su amigo con el pelo...naranja.

-Jisoo... -y por cosas como esa su heterosexualidad era inexistente- ¡Woaaaaah! -le asaltó y tomó un mechón- ¡Te has teñido!

El chico se rió y se movió para que soltara su pelo.

-No me he teñido, me he decolorado el pelo y se ha quedado así. -eso no detuvo al mayor que se sentó en la mesa y siguió tocándole el pelo- Y no has visto nada aún, esta tarde me lo decoloraré otra vez.

Seungcheol frunció el ceño- ¿Por qué? Te queda muy bien así...

-Me lo quiero teñir y no quiero que salgan colores raros.

-¿Pero por qué no te lo has hecho todo en un día? Así solo ocupas una tarde.

Jisoo se peinó con los dedos tratando de devolver su pelea como estaba antes de que Seungcheol jugara con él- Bobo, el pelo se estropea, ¿sabes? De hecho debería esperar más, pero me lo quiero teñir ya. Tú solo te lo tiñes de negro encima y eres un cabezahueca...no entenderías.

Soltó una de sus características risas y miró al mayor a los ojos- ¿Y bien? ¿Tu hater te ha escrito de nuevo?

Con un suspiro Seungcheol contestó- Si...ese tipo incluso ha removido en la basura para encontrar la carta que tiré ayer.

-¿Ese tipo? ¿Ya sabes si es un hombre?

-Nope, -Seungcheol sonrió- pero me cuesta imaginar a una mujer haciendo eso.

-Uaaah...machista opresor.

Con una sonrisa, el mayor señaló al resto de chicos de la clase que se estaban tirando violentamente el estuche de vete a saber quién.

-Compárales a ellos -entonces señaló a las chicas que estaban todas atacando a una a preguntas sobre su nuevo novio- Con ellas. Les veo más capaces a ellos de acosar a alguien y rebuscar en la basura.

Jisoo se tapó la boca para ocultar una carcajada.

-Cheol, las mujeres son peligrosas. -recordó una vez que una se había puesto a gritarle por haberla rechazado y se puso algo serio- Muy peligrosas. -Seungcheol ni se molestó en ocultar la carcajada- Ellas pueden matar por amor.

Seungcheol ni se molestó en ocultar una carcajada.

-¿Y tú no?

-Hmm... -se inclinó hacia adelante y levantó una ceja- Creo que si tuviera que matar a alguien para estar con mi novio me pensaría más de dos veces si vale la pena, y si lo vale...no me ensuciaría yo las manos.

Esa vez la carcajada sonó en toda la clase y todos se giraron a mirarles por unos segundos.

-Vale, tú eres mucho mas peligros que todas ellas juntas, y Jisoo...la pluma.

Sin darse cuenta, al hablar Jisoo había empezado a mover la mano elegantemente.
Automáticamente la puso bajo la mesa y miró molesto a Seungcheol.

-Okey, nadie ha visto nada, yo tampoco. -dijo el moreno antes de que su amigo se molestara.

Al rato el profesor llegó al aula con algo de retraso y tuvieron que sentarse en su sitio.

***

Ese día las cartas se quedaron en su taquilla. No quería tirarlas, pero no se atrevía a meter algo tan maloliente en su mochila.

















Ha salido largo el capítulo, ¿no?

Al escribirlo me estaba divirtiendo, me motivé y weno, así salió.

Una carta por cada cosa que odio de ti [CheolSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora