Decimoséptima carta

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Mini maratón 1/3


Al día siguiente Jisoo llegó al instituto pronto, como siempre, y se sentó en su asiento.

Seungcheol no llegaba, pero eso era algo normal, siempre llegaba tarde y además se estaba encontrando mal.
Por eso en cuanto Mingyu entró al aula sonrió y se levantó a saludarle.

Juntos fueron hasta su asiento y Jisoo se acomodó en su regazo, apoyando la cabeza en su hombro.

–Creo que Cheol está enfermo.

Mingyu asintió– Ayer le enviaste a casa, ¿no?

–Sí, tenía una cara horrible...

El moreno le dio unos besos en la mejilla y Jisoo se sonrojó. Mingyu era demasiado adorable.

–Min... –escondió la cara en su hombro– Estamos en clase...

–¿Qué más da? Lo he estado pensando estos días y no me importa. –le dio más besitos– No estamos haciendo nada raro.

–No es por eso, a mi no me importa, pero estas cosas me dan vergüenza...

Mingyu sonrió y le abrazó– Está bien, no mas besitos.

En ese momento un par de chicas, las que siempre se juntaban para cotillear, se acercaron a ellos y les miraron intensamente.

El moreno buscó la mano de Jisoo y la agarró con fuerza.

–¿Pasa algo chicas? –preguntó desconfiado.

Las chicas se miraron y una de ellas empujó a la otra para que hablara primero.

–Nosotras... bueno, os estábamos viendo y... Nos preguntábamos si sois novios...

Mingyu le dio un apretón en la mano. Podía sentir que estaba muy nervioso. Era normal, apenas había descubierto que también le gustaban los hombres, aún estaba... tanteando el terreno. Era muy pronto para él. Incluso lo era para Jisoo, que era totalmente consciente de su homosexualidad desde que podía recordar, y aunque no le importaba mucho decirlo o no, lo había tratado de guardar en secreto (aunque sin mucho esfuerzo).

–Sí. –Mingyu respondió firme aunque él podía sentir su mano temblar. Le dio un apretón y miró él también a las chicas– Somos novios.

Una de las chicas soltó un pequeño grito de sorpresa y se giró a ver a la otra, que chasqueó la lengua.

–¿Porqué todos son gays? –hizo un puchero y analizó al resto de chicos de la clase. Jisoo sonrió. Era más que consciente de que Mingyu, Seungcheol y él eran los más guapos.

–Min no es gay, es bi. –sonrió cruel y abrazó a su novio– Pero es mío.

Las chicas se quejaron de nuevo y se marcharon.

Con eso, Mingyu aflojó su agarre y Jisoo se giró a mirarle– ¿Estás bien? –el moreno asintió y le dio un corto beso en los labios.

–¿Qué va a pasar ahora?¿La he cagado?

–No lo creo. A Cheol y Jeonghan no les dijeron nada, no creo que nos molesten a nosotros.

Mingyu asintió y le acurrucó en sus brazos– Eso espero. No mereces que te digan nada malo.

El pelirosa tragó saliva. Tal vez se sentía un poco culpable.

–Ea, ea. No me idolatres, no soy tan perfecto ni bueno. –peinó el flequillo de Mingyu– Por cierto, ¿tienes libre esta tarde? Puedes venir a mi casa.

Sonrojado al recordar su salida anterior, Mingyu asintió.

–Vamos a... a... ¿eso? –preguntó completamente rojo. Jisoo no puso contener la risa y le abrazó sin dejar de reír.

–Si quieres sí, por mi no hay ningún problema. La otra vez te gusto, ¿no? –Mingyu recordó cómo la vez anterior habían acabado en el sofá, tocándose el uno al otro y él recibiendo una mamada inexperta de Jisoo.

–Fue... muy intenso... pero me gustó mucho.

Una carta por cada cosa que odio de ti [CheolSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora