Decimotercera carta

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Seungcheol entró en el instituto cansado y sin ganas de nada; había estado mensajeándose con Jeonghan hasta las dos de la noche y había tenido que levantarse pronto para acabar unos deberes que había olvidado hacer por la misma razón... Tenía sueño.

Quería tirarse en el pasillo mismo y dormir.
Acababa de entrar y ya quería volver a casa a dormir.

Sin ganas, abrió la taquilla para coger sus cosas y por supuesto la carta.

Se la guardó en el bolsillo y justo un segundo después Jeonghan saltó sobre sus hombros y besó su mejilla.

–Te veo desanimado. ¿Estás bien?

Seungcheol trató de poner su mejor sonrisa y se giró a mirarle. colocó sus manos sobre sus caderas y besó sus labios tiernamente– Si, solo estaba pensando. ¿y tu?

–Bien... –el pelilargo le sonrió pícaro y le acorraló contra las taquillas– Cheol...

–Mi ángel... –se besaron profundamente, llamando la atención de todos y Seungcheol pudo sentir cómo su novio sonreía sobre sus labios– Pícaro.

Jeonghan se separó riendo– No es mi culpa, casi nunca nos vemos fuera de clases, así que tengo que aprovechar aquí.

–Hmm...

Riendo, Jeonghan casi arrastró a su novio hasta la puerta de su aula y le acorralo de nuevo para besarle allí mismo.

Dentro del aula todas las chicas y Jisoo se giraron para mirar, pero éste último apartó la vista rápidamente y siguió dando lo mejor de si para adaptarse al grupo de amigos de Mingyu, quienes sorprendentemente le estaban aceptando sin problemas.

Por lo visto Mingyu no era tan "macho alfa" como creían, solo que imponía un poco mas que el resto.

Pero lo importante era que podía estar apoyado en el hombro de Mingyu sin que nadie le gritara "Ha, Gaaaay" o similar. Aún no sabía si eran flexibles, tontos o qué, pero a él le iba perfecto.

Por fin Seungcheol entró al aula tras despedirse de su novio.

Momentáneamente se quedó parado por no encontrar a Jisoo en su sitio. Su amigo era demasiado perfecto para faltar a clases o llegar tarde.

Miró a su alrededor buscando su cabecita rosa y la encontró sobre el hombro de Mingyu, junto con los amigos del moreno.

Rechinó los dientes y se apoyó en su pupitre para abrir la carta.


"Te odio.
¿Solo tienes novio para llamar la atención?
Y pensar que hay gente que ni puede estar con quien quiere. Me das asco por estar luciéndote de esa manera.
No sé si tu objetivo es poner celosa a la gente o es solo un efecto colateral de satisfacerte a ti mismo sintiéndote superior por tener pareja, pero solo estás acumulando odio.
No tengo problemas con los gais, pero todo en exceso es malo."

Cabreado, se metió la carta en el bolsillo de cualquier manera.

¿Por qué ese chaval acertaba en todo?
Si. Quizás, QUIZÁS, quería poner un poco celoso a Jisoo al principio, y al principio parecía haber funcionado, pero solo al principio. Jisoo ya había empezado a buscarse mas compañía y le había dejado solo con Jeonghan.

Y en eso Jisoo tenía razón, estaba con él por estar, pero no podía pasar el resto de su vida en la friendzone. Él había sido el primero en rechazar a Joshua, ya no tenía derecho a nada, solo quería pasarlo bien y de todos modos estaba intentando hacer lo mejor para satisfacerle.

¡Pero si se besaban no era asunto de los demás

Gruñó enfadado.
En esos momentos siempre estaba Jisoo ahí para hacer una broma de mal gusto y calmarle.

Miró de reojo el grupo de chicos.

¿Sería muy raro si se acoplaba con ellos?

Inseguro, se acercó y se quedó sentado al lado de su amigo.

Todos le miraron extrañados, pero siguieron hablando.
Por lo visto estaban tratando de opinar sobre una película sin hacer spoiler a quien le iba a ver ese sábado.

Alguno trató de incluirle en la conversación, pero ni sabía qué película era por lo que se quedó de lado todo el rato.

Llegó a un punto en el que desconectó de la conversación y se dedicó a observar a Jisoo.

Desde que había llegado ni le había mirado, estaba demasiado concentrado en susurrarle cosas al oído a Mingyu y a acariciar su pierna discretamente.

¿Era el único que veía eso? ¿Mingyu no lo encontraba extraño?

Justo estaba pensando eso cuando vio que el moreno también le ponía la mano en la pierna a su amigo.

Así que le estaba siguiendo el rollo.

–Jisoo. –todos callaron y se giraron a mirarle sorprendidos. Tal vez había hablado muy alto– N-no he hecho lo de matemáticas... ¿p-puedes dejármelo?

El pelirosa resopló antes de asentir y le susurró algo a Mingyu en el oído. Éste soltó una pequeña risa y ambos apartaron sus manos y se separaron un poco.

–¿De verdad necesitas la tarea?

–No... no importa.

Jisoo se mordió el labio para aguantar la risa y volvió a apoyarse en el hombro del moreno.

–Cheol, ¿tu no has visto la peli, no? –Seungcheol negó– Min y yo te la explicaremos el lunes. Así podrás hablar con nosotros.

Seungcheol gruñó. ¿Ellos iban a ir solos a ver la película? ¿Y después qué, a casa a hacer manitas?

–No gracias, no me interesa.

Le miró molesto y dio media vuelta para volver a su sitio.

Después de eso no volvieron a hablar durante el resto del día.

Una carta por cada cosa que odio de ti [CheolSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora