Capítulo 4. Enredos.

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Sesshomaru se había marchado a su palacio después de la visita al cada vez más afectado Totosai. A pesar de su gran fuerza y de que lo único que quería era seguir persiguiendo al misterioso individuo... Sesshomaru se sentía sumamente agotado... de alguna forma le costaba concentrarse y pensar con claridad, a decir verdad, no podía pensar en nada más que en Rin...
Los últimos cuatro años habían sido todo un calvario para el demonio... no podía dejar de pensar en la hermosa joven que había tenido que dejar atrás; la situación era mas tolerable cuando se dedicaba a pensar en el siguiente paso de su nuevo enemigo; pero aparentemente, todo ese tiempo, sin Rin, sin dejar de pensar en ella, solo tratando de olvidar y buscando sin parar a aquel individuo, le estaba pasando factura.

Sesshomaru estaba sentado en una gran silla acojinada, en una enorme habitación que (si se usara) sería el salón privado.
Tenía todas las cortinas y persianas cerradas, la única fuente de luz en el lugar era la chimenea encendida... parecía algo ilógico dado que era pleno día y no hacía frío. .. y aún si lo hiciera, Sesshomaru no necesitaría de un fuego para mantenerse caliente, se trataba simplemente de uno de los muy escasos placeres de Sesshomaru... el calor de un vivo fuego...
Eso le permitía en ocasiones, calmarse un poco y ponerse a pensar.
En este caso, el demonio solo se encontraba sentado frente a la chimenea encendida con la cabeza baja y los ojos cerrados. Cualquiera pensaría que estaba dormido... pero ese cualquiera, seguro no sabia nada de Sesshomaru ni ningún Yokai; Sesshomaru simplemente estaba tratando de despejarse, de no pensar en nada, pero desde luego y tal como había sido en los últimos años,  era un intento vano.
Él, desde luego, hubiese preferido pensar en todos los cabos sueltos respecto al sujeto que estaba siguiendo, pero en su lugar,  lo único que lograba pensar era en Rin...
Su adorada Rin... pensaba en su sonrisa y la manera tan desinteresada en que se la dedicaba una y otra vez, pensaba en el sonido de su risa y lo pensaba tanto que, inconscientemente, movía ligeramente las orejas como si de verdad el sonido estuviera ahí.
Pensaba en su largo y pesado cabello oscuro... pensaba en lo mucho que deseaba tenerla a su lado... justo en ese momento. Por su cabeza cruzó la idea de dejar todo a un lado: su cordura, su auto control, su prudencia y sus razones, solo para levantarse e ir por ella a donde quiera que estuviera... solo para estar con ella... solo para hacerla suya y asegurarse de que ella estaría siempre con el...
Se encontró pensando eso, a punto de perder el control y abrió los ojos... no podía permitirse hacer eso.

Sesshomaru sentía que la cabeza le iba a estallar: tenia tanto que pensar, pero había tanto más que estaba pensando...
Estaba perdiendo la cabeza.

Finalmente, después del muchos intentos, logró concentrarse en lo que necesitaba:
Sabía que debería estar vigilando a Totosai en caso de que aquel sujeto fuera a verlo... seria la oportunidad perfecta tal vez para acabarlo de una vez por todas...
Sabía lo que tenia que hacer, sin embargo, se tomó un tiempo más para quedarse ahi, sentado frete a su chimenea.

Salió de la habitación y se dispuso a salir para ir a vigilar a Totosai, cuando escuchó la voz de el señor Jaken:

---- Amo bonito! Se irá de nuevo?

----- Si Jaken. Algún problema?

Jaken dudó un poco en contestar...

---- Pues... me preguntaba si no necesita que lo acompañe... los últimos años ha salido de aquí solito y...

La verdad era que Jaken comenzaba a sentirse abandonado por su amo. Desde que Sesshomaru había decidido dejar a Rin y alejarse, cualquier viaje que hacía lo hacía solo, dejando a Jaken y a Ah-Un solos en el palacio...

---- Camina entonces.--- Dijo Sesshomaru tajante.

Jaken no podía creer lo que escuchaba, si bien deseaba que su amo aceptara ser acompañado, no esperaba que lo hiciera tan rápidamente.
Aquello se trató simplemente de un poco convencional acto de evasión de Sesshomaru; no estaba de humor para escuchar hablar y hablar al demonio verde durante una buena cantidad de tiempo acerca de porqué su compañía podría ser útil; así que Sesshomaru solo lo dejó hacer lo que quería.
El demonio le dijo que llevara también a Ah-Un para que le fuera más fácil seguirle el paso en un momento dado.

Aclisolar II :  Luna Llena Donde viven las historias. Descúbrelo ahora