Capítulo 12. Ahora y por siempre.

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Sesshomaru y Rin volvieron a la aldea al anochecer, sin embargo, el demonio no planeaba necesariamente regresar a su compañera a casa: Sesshomaru fue con la anciana Kaede y se disculpó por no haber hablado con ella antes de si quiera pedirle a Rin una decisión; la anciana no se mostró molesta, sino por el contrario, parecía verdaderamente feliz por la joven Rin.
Sesshomaru también pidió a la anciana permiso para llevar a Rin consigo aquella noche...

---- Desde luego.--- Consintió la anciana Kaede.---- Rin tendrá que familiarizarse con su futuro nuevo hogar. Ella es ahora su responsabilidad, Sesshomaru; no necesita pedirme permiso para disponer de ella.

Rin sonrió ampliamente y se despidió de la sacerdotisa con un gran abrazo, luego montó sobre Ah-Un y finalmente se marcharon.

El viaje no duró tanto como Rin había imaginado... o tal vez si, ya que el señor Jaken se había quedado completamente dormido.
Al entrar en aquella milenaria tierra de demonios, Rin se percató de lo enorme que le parecía todo: los árboles parecían ser mucho más grandes y altos de los que habían visto alguna vez, incluso el aire de aquel lugar le parecía más pesado.
Ante ella se alzó una enorme y majestuosa edificación: un palacio de fuerte y sólida roca blanca con torres recubiertas de lo que parecían ser escamas azules en las cúpulas... ese era la fortaleza de la familia Taisho.

El palacio estaba rodeado por una gran muralla de mármol blanco, iluminada por antorchas de fuego color azul; una gigantesca y aparentemente pesada puerta se levantó frente a ellos y les permitió cruzar la gran muralla, al entrar, Rin pudo ver a los seres que la resguardaban y que habían abierto la enorme y pesada puerta: unos demonios del tamaño de los árboles que había en el bosque de la aldea, recubiertos por enormes armaduras... todos reverenciaron a Sesshomaru a penas entró. Sesshomaru no hizo si quiera un gesto.
Se acercaron al palacio y dos grandes puertas se abrieron a penas Sesshomaru agitó una mano.
Rin bajó del lomo de Ah-Un antes de entrar al castillo, cargando al señor Jaken en brazos. La joven se detuvo detrás del demonio, quien también se había detenido frente a la puerta abierta.
Sesshomaru giró la cabeza hacia un lado para mirar a su compañera y luego le tendió la mano; Rin la tomó y ambos entraron juntos al palacio...

Rin se sintió abrumada por todo el poder que imponía el edificio aún más por dentro que por fuera: el cielo raso del gran salón de la entrada tenia nada menos que un gran Yako tallado en piedra blanca, con zafiros azules como ojos, el cual daba la bienvenida con una mirada fiera y poderosa.
El suelo era de una firme y fuerte madera de cerezo que poseía una combinación de cálidos tonos, que semejaban al topacio; las columnas que se erguían al inicio de las escaleras, semejaban enormes y fuertes árboles blancos que sostenían el cielo raso y las escaleras tenían incrustaciones de piedras azules en los peldaños, que semejaban escamas, iguales a las de las cúpulas de las torres del palacio; y por si fuera poco, enormes y cristalinas arañas pendían del techo y el brillante fuego azul que emanaba de ellas, iluminaba la habitación de una manera imponente... Rin pensó que no podía existir lugar mas digno de su amado y poderoso demonio.

Sesshomaru soltó la mano de Rin y se giró para dirigirse a Ah-Un; no dijo nada, solo le hizo un ademán con la cabeza el cual fue correspondido por el demonio de dos cabezas y acto seguido (no sin antes dirigir a Rin una mirada de despedida) se dio la vuelta y salió volando del palacio.

---- A donde los has enviado?--- preguntó Rin a Sesshomaru.

----- Ellos prefieren el bosque.---- Respondió Sesshomaru mirando a su compañera.

---- Ya veo. Y el señor Jaken? --- preguntó Rin mirando al demonio verde que yacía en su brazo derecho.

----- Su habitación está del lado oeste del palacio; solo despiertalo.---- Dijo Sesshomaru con su usual seriedad.

Aclisolar II :  Luna Llena Donde viven las historias. Descúbrelo ahora