Totosai resultó no ser tan mal inquilino, por el contrario, mantenía a la pequeña Izayoi y a su hermano Souta muy entretenidos contándoles acerca de como se fabricaban las espadas y otras armas y... desde luego, una que otra historia vergonzosa de su frustrado padre...
---- HUUUYYY!! Kagome! Has algo! ---- pidió Inuyasha a su compañera cuando las risas de sus hijos y de Shippo resonaron gracias a una pequeña historia graciosa sobre el híbrido...
----- No seas grosero Inuyasha, a.mi me pareció una linda historia---- Respondió Kagome intentando contener la risa---- Además, tu fuiste quien lo trajo aquí para empezar.
---- Pues no tuve opción!! ---- Replicó el semidemonio.
---- Pues lo siento, pero no puedo hacer nada. No se porqué te portas así Inuyasha, no ves que tus hijos se están divirtiendo? Además, gracias a Totosai pude enfocarme en dormir a Naom temprano; deberías estar agradecido.
Inuyasha sabía que no podía hacer nada en contra del criterio de Kagome, así que sólo se sentó con su mala cara, pero ya sin decir nada.
A esas horas, Rin se encontraba camino a la cabaña. Estaba a punto de salir del bosque, así que los árboles no estaban tan juntos. Miró hacia arriba mientras caminaba y pudo ver el estrellado cielo. ..y la luna. La enorme luna casi llena que la escoltaba de camino a casa...
Bajó la cabeza y con la mirada algo perdida siguió caminando... sintió su corazón entristecer profundamente al pensar en Sesshomaru. Habían pasado poco mas de cuatro años desde la última vez que lo había visto... cualquiera pensaría que después de cierto tiempo, todo debería ser más fácil, pero para Rin, cada día había sido por lo menos un poco peor que el anterior... en lugar de dejar de buscarlo en cada lugar al que iba, podía sentarse durante horas solo a esperar que el apareciera...
En lugar de dejar de llamarlo cada día, lo llamaba cada día más veces: silvaba con sus dedos sin respuesta por el bosque o iba corriendo a la colina al final del bosque a gritar su nombre, justo cuando pensaba que iba a estallar.
Si bien cada día había sido más difícil no pensar en Sesshomaru, hasta el punto de ser simplemente imposible; cada día se había vuelto más fácil disfrazar sus sentimientos y emociones... no era algo que le molestara hacer, por lo menos, sus amigos ya no la miraban con pena.Rin entró a la cabaña donde la esperaba la anciana Kaede con el té listo:
----- Hola linda, como estuvo el paseo nocturno?--- preguntó la dulce sacerdotisa.
Rin acostumbraba dar aquellos paseos desde que Sesshomaru se había ido: todas las noches, Rin recorría el bosque silbando casi sin parar, llamando a su señor demonio. Esa noche, como todas las anteriores, no ubo respuesta.
---- Bien... supongo. --- Respondió Rin, intentando ocultar su melancolía.
----- Oh, mi niña---- la anciana Kaede pareció notar que Rin no estaba nada bien y diciendo eso, se dirigió hacia ella y la abrazó.
----- Anciana Kaede... no se preocupe, estoy bien.
----- No, no lo estás.---- Dijo la anciana soltando a Rin para verla.
---- Tranquila... lo estaré.
----- Eso quiero, mi niña. Espero que realmente las cosas cambien. Anda, el té está listo.
Ambas se sentaron a beber te como de costumbre, lo único diferente en esa ocasión, era que la cabeza de Rin no se podía mantener en la conversación con la anciana Kaede, su cabeza y su corazón estaban con Sesshomaru.
Rin se fue a dormir pensando que el señor Sesshomaru no la había escuchado llamarlo, como en los últimos cuatro años. Sin embargo, en esta ocasión, Sesshomaru no evitó por completo los llamados de Rin, esta vez no se alejó para callarlos, por el contrario, esta vez se acercó. Se acercó tanto que estuvo a punto de responder a ellos, pero no lo hizo, solo se quedó ahí, entre los árboles, siguiendo a Rin de un lado a otro al que iba, sin que ella se percatara de su presencia... no la había visto en cuatro años... tal vez para un ser inmortal como el, cuatro años es a penas nada, pero en esas circunstancias, por primera vez en su vida, a Sesshomaru cuatro años le habían parecido la eternidad entera; por ello no pudo evitar acudir a aquellos llamados de Rin...
Verla fue para el cómo ver una imagen de un pasado lejano al que todavía su corazón frío se aferraba... fue como haber visto un fantasma, uno que lo llamaba desesperadamente desde un mundo diferente al suyo... y lo único que el quería era revivir a aquel fantasma... era como haber perdido a Rin y querer revivirla nuevamente...
Rin había cambiado un poco mas en esos últimos años... su cabello había crecido aun mas, su rostro tierno que, aún a sus dieciséis años conservaba, había sido reemplazado por el rostro de una mujer hermosa, de ojos grandes, pestañas largas, labios gruesos y mejillas rosadas... su cuerpo se había vuelto mucho más redondo... ya no era solo una muchacha delgada.
Sesshomaru nunca se sintió tan atormentado, tan débil, bulnerable y exhausto... quería perder el control... ya no quería seguir reprimiendose...
Se quedó ahí, al límite del bosque, observando la cabaña de Rin y finamente, la paz llegó a su dura y eterna alma cuando aceptó que realmente amaba a Rin, la amaba y la deseaba como, estaba seguro, jamás volvería a amar a nadie más... aun en una eternidad.
La pregunta en su cabeza ya no era si la amaba, sino, cual era la mejor forma de amarla?
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Aclisolar II : Luna Llena
FanficÉsta es la secuela de nuestra anterior historia: Aclisolar.