r e c e p t o r

19 2 0
                                    

XXI. Receptor.

El sonido de un teléfono interrumpió la clase de derecho laboral y no me di cuenta hasta algunos segundos después, que era el mío; terminé saliendo del aula sin hacer ningún ruido y al mirar la pantalla mi cara se iluminó ¿Mi móvil era digno de se...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El sonido de un teléfono interrumpió la clase de derecho laboral y no me di cuenta hasta algunos segundos después, que era el mío; terminé saliendo del aula sin hacer ningún ruido y al mirar la pantalla mi cara se iluminó ¿Mi móvil era digno de ser receptor de una llamada tan maravillosa?

Eras tú, empecé a fantasear con que, seguramente, todo había sido un error o una broma de mal gusto por parte de ese estúpido; respondí con una enorme sonrisa en mi rostro, casi mostrando los dientes, incluso me sorprendí al escuchar mi propia voz, tan llena de energía y tan alegre.

— Hola ¿Cómo vas? — al escuchar mi nombre pronunciado por otra voz que no era la tuya, me llené de un sentimiento raro, que tampoco comprendía, como casi todos ¿Quién era? —Buenos días ¿Es usted familiar de la señorita Ehrlich? — ¿Tu apellido?

—No...— hice una pequeña pausa, lleno de angustia y con las manos temblorosas, eso no me había pasado nunca ¿Qué estaba pasando? Me estaba poniendo nervioso de la nada, me temblaba el cuerpo, mis ojos me causaban fatiga y estaba comenzando a transpirar por la frente y el pecho, estaba respirando muy rápido. —Pero, soy su novio ¿Qué sucede? — ya, eso no era verdad, pero necesitaba saber qué carajos estaba sucediendo.

—Bueno, le estamos llamando desde su celular, debido a que somos del equipo de paramédicos 234, tuvo un accidente en la carretera colonia-ludwig ¿Podría avisarles a los familiares? — y el móvil estuvo a punto de caer de mis manos.

— ¿Cómo está? — No respondí más, porque estaba desesperado por saber el problema —La estamos valorando, sin embargo, por ahora está inconsciente, la transportaremos a Lutheran Hospital Bethesda Mönchengladbach, esperamos verlos pronto allá. —

Scheiße — ¿Por qué me habían llamado a mí? Salí corriendo del módulo y me dirigí al auto tan rápido como mis piernas contra el suelo mojado me lo permitían; comencé a mirar la pantalla del celular mientras buscaba entre los contactos el nombre de tu padre o tu madre y cuando llegué al auto por fin lo encontré, llamé y esperé muy apresurado, mientras encendía el motor y comenzaba a conducir, muy rápido salí del estacionamiento de la universidad.

—Su hija tuvo un accidente— no me día siquiera de saludar o algo —Me llamaron los paramédicos, dijeron que la transportarían a Lutheran Hospital Bethesda Mönchengladbach, yo ya voy para allá ¿Podría avisarle a su madre, por favor, señor? Se lo agradecería muchísimo.

Y colgué, no quería escuchar nada; solo di instrucciones esenciales, lo único que era necesario; me centré de acelerar y salir por la carretera, afortunadamente no había mucho tráfico; pero aún estaba lloviendo bastante fuerte y la neblina en la planicie no dejaba ver mucho, y aun así, seguí con el pie acelerando, porque necesitaba llegar, quería verte.

Odiaba ser el receptor, odiaba ser quién había recibido la información.

Estaba llorando.

1. Scheiße : Mierda en alemán

MINDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora