La reflexión, el dolor, los trastornos, los sentimientos, la falta de... ¿Falta de qué?
Todo pasa en un solo lugar.
Tu mente.
MIND.
Código de registro: 1610169466266 ❤
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando la van partió del campus sentí algo dentro de mi arrancarse y un presentimiento extraño, algo malo; tenía una marea de sentimientos en mi cuerpo.
Viajamos cerca de dos horas para llegar al museo y durante todo el trayecto estuve escuchando música con los audífonos puestos, el volumen no demasiado alto y miraba al panorama de carretera que se presentaba; observaba tanto como pude, fijándome en plantas, árboles, pajarillos por ahí e incluso en los pocos insectos que llegaban a pegarse en el vidrio.
Siempre me había agradado bastante la idea de viajar así, por carretera, los aviones me gustaban, también los barcos, aunque en pocas ocasiones me había montado en uno, sin embargo el viajar en auto tenía algo que me volvía loca, quizá la tranquilidad que se muestra al solo ir mirando todo y escuchando detalles.
Todo aquel ambiente que se había creado era perfecto, la música, el campo, la carretera, la ligera sensación de movimiento, el ruido de repicoteo creado por la lluvia contra el revestimiento de la van, algunas voces que en realidad para mi eran inentendibles y murmullos sordos; todo eso me daba ganas de tenerte, de tomarte la mano y apretujar tu piel contra la mía cada vez que callera algún rayo, asustándome con su estruendo; y besarte, acariciar tus labios suaves y rosados.
Y fue entonces que lo pensé detenidamente; cuando tu bello rostro se fusionaba con el mío, en un baile poético de besos y roces irracionales, hacíamos arte; con eso me llenabas de muchas sensaciones, sentimientos que cada vez cambiaban, aumentaban y mutaban; convirtiéndose en cosquillas para mi corazón; me hacías sentir cosas tan diversas y complejas.
Juro por Dios que pagaría el más alto de los precios en la galería más cara de la capital del arte para tan solo ver una fotografía de nosotros dos besándonos si quiera para revivir ese momento mil y una veces, en algunos míseros minutos observándola.
Me había dado la sensación de ser estúpida por no haber salido de la camioneta esa misma mañana e ir tras de ti, bajo la lluvia para disculparme, para decirte que en realidad él no era nada; pero si tu no hiciste nada en ese momento debió ser por algo; tal vez tú ya no me necesitabas, de hecho, nunca me habías necesitado, yo era quien se aferraba a ti y a los sentimientos que surgían gracias a tu persona y a tu arte de besarme y acariciarme; todo eso significaba que tú ya no querías nada de mí.
Por desgracia incluso la imagen de ti abandonándome me parecía arte, aunque me llenara de tristeza, angustia, enojo e impotencia, aunque te amara demasiado y necesitara todo de ti y me estuviera dejando lo que más quiero en este mundo.
Era arte, porque el objetivo de todo eso es hacerte sentir algo, llegar hasta tus entrañas y darte alguna sensación.
Pero nadie dijo que necesariamente debe ser un sentimiento bonito.